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¿Dio ayer en Totalco, Perote, sus primeros pataleos una nueva criatura política, que se llamará PRIMOR?
¿Viene a tumbar del caballo al PRIAN?
Con el título “Adiós, PRIAN; hola, PRIMOR”, el Director Editorial del diario Excelsior, Pascal Beltrán del Río, afirmó ayer en su columna “Bitácora del director” que al margen del resultado de la elección presidencial del 1 de julio y de la próxima conformación del Congreso de la Unión, “es casi un hecho que dicha coalición –bautizada por sus malquerientes como PRIAN– se ha terminado”.
Apuntó que el PRIAN difícilmente podrá sobrevivir a los enfrentamientos públicos entre el gobierno federal y el candidato panista Ricardo Anaya.
Comentó que como se ven las cosas, especialmente en caso de que no gane Anaya, “la principal candidata a convertirse en fuerza de cogobierno es una confluencia del PRI y Morena –el PRIMOR, otra expresión acuñada por malquerientes–, a la que se sumarán los sobrevivientes del naufragio del PRD y otros actores”.
Antes de ascender a su actual cargo, Pascal fue uno de los reporteros estrellas de la revista Proceso. Lo recuerdo en Xalapa cubriendo la campaña de Vicente Fox. Creo que es uno de los periodistas del país que más conoce por dentro el panismo. Por eso me pareció muy interesante su comentario de ayer.
Al medio día, en Veracruz, los hechos parecieron confirmar su hipótesis: en el acto de la bodega granelera el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares hizo una defensa indirecta de Anaya ante la embestida del gobierno federal a través de la PGR que lo acusa de lavado de dinero, y Peña Nieto no se quedó callado.
Haciendo “uso de mis libertades”, Yunes le hizo una “reflexión” saliéndose del protocolo del acto para ir al terreno electoral.
Quiso suavizar sus palabras, diciendo primero que el pueblo de Veracruz “no votará a favor de quien más denuncias presente contra el Presidente de la República”, para dejar soltar enseguida el mazazo: “tampoco contra quien presente más denuncias periodísticas contra otro de los contendientes, tratando de hacerlo parecer como el hombre más rico de México”.
El único que lo ha hecho siguiendo al gobierno federal y a su partido es José Antonio Meade. ¿Fue una advertencia, o una amenaza velada?, ¿cómo diciendo, si siguen atacando, persiguiendo a Anaya tendrán el voto de los veracruzanos en contra?
Leí y releí el párrafo y luego vi que lo retomó el diario Reforma para su nota principal del acto y me convencí de que no había lugar a dudas. “Defiende Yunes a Anaya ante Peña”, cabeceó el periódico de la Ciudad de México.
Elegante, luego de hacer una amplia exposición de las acciones, logros, inversiones y proyecciones a futuro de su gobierno en Veracruz y a favor de los veracruzanos, el Presidente le respondió civilizada y elegantemente.
Le recordó al gobernador que: “quien se mete a política, y lo sabe el gobernador y lo sabemos quienes hemos participado en un proceso democrático, somos bien observados”.
¿Le quiso decir que a Anaya lo han tenido bajo la lupa bien observado y por eso las pruebas en su contra? ¿Advertir que él también está siendo observado así como su hijo al meterse a la política y participar en un proceso democrático?
Fue contundente: “Nos ven todos los días, nos revisan todo nuestro historial y todo nuestro pasado, desde el día en que nacimos; dónde nacimos, cómo nacimos; qué hicimos, qué novias tuvimos, cuáles no, a quiénes dejamos, quiénes se quedaron en el camino. Todo”.
¡Zas! ¿Le quiso recordar algo? ¿Cómo diciéndole sabemos todo de Anaya pero de ti también? ¿Cómo advirtiéndole conocemos su historial, su pasado? ¿Todo? ¿Cómo señalándole: lo apoyas y se te olvida que Anaya ha amenazado con meterme a la cárcel?
“Entonces, y qué bueno que así sea, porque la mejor manera de poner o de ponderar la elección que hará la sociedad es a partir de conocer la historia de cada uno de quienes están en esta competencia. Y yo sé que así lo hará la sociedad mexicana”. Es obvio que incluía al candidato del PAN a la gubernatura.
El remate: “Repito, estarán siendo muy observados, muy observados, muy evaluados”.
No quedó duda de que mientras que Yunes Linares hacía la defensa de Anaya, Peña lo hizo a favor de Meade: “a lo mejor el gobernador y yo pensamos en un personaje distinto. Se vale. Estos atributos, él a lo mejor los ve en uno, yo los veo en otro. Y ustedes lo saben. Yo los veo en uno y sólo en uno”.
Pero las cosas no le salieron como seguramente esperaba el gobernante estatal.
Fue claro también que se quiso granjear la simpatía del Presidente cuando arremetió indirectamente contra Andrés Manuel López Obrador.
Luego de que había advertido que el pueblo veracruzano no votará por quien presente más denuncias periodísticas contra Anaya, soltó:
“Mucho menos votará contra quien se asume como domador insustituible y amenaza soltar a los tigres si no gana la elección y encerrarse en uno de sus ranchos; tiene varios, para ver cómo los tigres destrozan al país”.
E ironizó: “Por cierto, un paréntesis: puedo decir, sin lugar a equivocarme, que son tigres de papel. Apenas el sábado pasado hicieron un ensayo: mandaron sus tigres a Xalapa a provocar desórdenes. De inmediato los enjaulamos y los regresamos a Chiapas, de donde los trajeron; antes de irse, esos tigres pagaron su multa, como cualquier otro infractor de la Ley”.
El Presidente no le aplaudió, no lo secundó cuando le tocó hablar, no se enganchó. Al contrario, fue muy claro y contundente:
“Este Gobierno será absolutamente respetuoso de la definición y de la decisión que de manera mayoritaria tomen los mexicanos”.
Remarcó: “Somos un gobierno democrático y en esta convicción, hoy lo quiero decir de manera categórica, el Gobierno de la República no va a intervenir, ni ha intervenido, ni intervendrá en el proceso político electoral. Será absolutamente respetuoso de los contendientes en el proceso electoral”.
No avaló, pues, la agresión verbal contra López Obrador.
Fue más allá. Dijo que el suyo, “y así ha quedado acreditado”, ha sido un gobierno abierto, plural, respetuoso de todas las expresiones políticas que, “de hecho, ha sido a partir de ese respeto mostrado a las diferentes expresiones políticas que hemos podido construir acuerdos y consensos para impulsar la agenda transformadora más importante que en los últimos años México haya tenido”.
Acuerdos, consensos, respeto a todas las expresiones políticas, muy distante de, por ejemplo, la actitud del Secretario de Desarrollo Social del Estado contra la senadora Rocío Nahle.
Fue reiterativo: “Desde la Presidencia de la República, senadores de la república, legisladores federales, alcaldes en varias entidades; en fin, todos los puestos o todas las posiciones que estarán en disputa electoral, el Gobierno quiere ser y será absolutamente respetuoso de ese proceso”.
Me ha quedado claro que el gobierno federal y su partido, el PRI, no van a agredir a López Obrador, que lo van a respetar y que, desde ya, el Presidente se prepara para respetar su triunfo si éste es contundente.
Sí, puede que ayer se haya concebido ya el PRIMOR en Veracruz.
Pero Jefe de las Instituciones del país, Peña Nieto se comportó diplomáticamente.
Le reiteró al gobernador que su gobierno seguirá trabajando con el de Veracruz, sin importar su origen partidario. Qué bueno por los veracruzanos.
En la agenda oficial del Presidente estaba programada una reunión privada de 15 minutos con el gobernador antes de regresar a la Ciudad de México. Si se realizó solamente ellos saben de lo que hablaron.
¡Ah! Y se tomó una foto con quienes representan a su gobierno en el Estado, los delegados federales. Los acuerpó, pues.
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