A propósito del día histórico de la reforma constitucional del degenerado Poder Judicial de México.

Pese a las irracionales y furibundas resistencias, tanto del conservadurismo retrograda y apátrida local, así como del internacional, con la aprobación de la histórica Reforma al corrompido Poder Judicial hace unas horas, el Poder Legislativo, particularmente, con una mayoría calificada de senadores progresistas y conscientes de la 4ª Transformación pacífica de México, se pone fin a una era de injusticia, y un Poder Judicial al servicio de una minoría.

México vivió éstos últimos días flagrante injerencismo extranjero encabezado por los EEUU, así como de sus lacayos organismos internacionales, y de la derecha internacional, en contra de la Reforma al Poder Judicial del obradorismo, aparte de los pronunciamientos directos de sus congresos, embajadores, y emisarios, se sirvió de sus esbirros, la decadente derecha local mexicana representada por el PRIAN, MC, los medios de comunicación y grupos de choques para evitar que dicha Reforma al PJ ocurriera.

Fueron días tensos, en los cuales se sometió a prueba la democracia, y la soberanía de México como una nación independiente y soberana, capaz de configurar la forma en que piensa es la mejor para organizar su vida en sociedad. Y, México demostró, con el liderazgo del aún presidente Obrador, la mayoría calificada de hombres y mujeres legisladores progresistas, y la aprobación que la había dado en las pasadas elecciones del 2 de junio su pueblo, que los mexicanos somos capaces de forma pacífica, libre y moralmente correcta decidir refrendar el proceso de la 4ª Transformación de México.

Había que reformar el Poder Judicial, de su ineficiencia, clasismo, corrupción, excesos, e incapacidad de impartir democráticamente la justicia y coadyuvar a la pacificación de México, con la llegada de AMLO a la presidencia de la república mexicana, se había acotado y desmitificado el poder presidencialista, contrariamente al falso argumento opositor de que se estaba construyendo una dictadura y en México no había libertades, en sus 6 años de gobierno México vivió plena libertad de expresión y de pensamiento, pese a “la guerra sucia mediática” que implementó el apátrida y retrograda conservadurismo mexicano, la derecha presentificada por la alianza PRIANISTA, y la pequeña élite económica y los principales medios de comunicación, la coherencia democrática y ética del presidente Obrador hizo que por primera vez el Poder Ejecutivo no sometiera ni permitiera el contubernio con el Poder Judicial, ni tampoco con el poder legislativo, y como buen demócrata maderista, fue capaz de abstenerse a la enfermedad del poder y la reelección, e implementar profundas reformas constitucionales para arreglar la crisis pública, la pérdida de soberanía y curar la corrupción que gangrenaba las instituciones del estado mexicano, la reforma educativa, la revocación de mandato, su intento de la reforma energética, la reforma judicial hoy aprobada, así lo atestiguan.

La verdad y la decencia se han impuesto y han desvelado que México es otro, el refrendo al obradorismo el pasado 2 de junio, y, las conversiones incluso de consciencias opositoras han hecho que el segundo piso de la 4ª T. sea el camino correcto para construir un mejor México.

Al seguir los pormenores del día histórico que se escribió en el senado de la república con la aprobación de la Reforma al Poder Judicial, pude comprobar que el lado correcto de la historia está en construir el 2° piso de la 4ª T. de México, y que, pese a los exabruptos de la pobre y apátrida oposición, e incluso, de los falsos obradoristas que han aprovechado para subir al poder público, las bases que nos deja el presidente Obrador de un pueblo empoderado que asume constitucionalmente en sus propias manos su destino, no tan sólo decidiendo quienes serán sus gobernantes y legisladores, sino también sus jueces y magistrados, así mismo, con el poder del pueblo para revocar el mandato de quienes no sean honestos ni eficientes, así como una teoría política basada en un humanismo mexicano y en una economía social que obliga a un mercado también social, y, que podamos fortalecer la república con una auténtica división de poderes y un federalismo nacionalista, nos queda a todos los mexicanos entender que la 4ª T. es un compromiso de todos y no de un solo hombre o mujer, ni mucho menos de un partido político, por eso, celebro el voto reflexivo y patriótico del senador veracruzano Miguel Ángel Yunes Márquez, y la brillante intervención de su padre, Miguel Ángel Yunes Linares que supo darles una lección a sus correligionarios de partido político al enseñarles que la política es el debate de las ideas y no de intereses de grupo ni mucho menos personales, ni la imposición de humores, así como el voto a favor de todos los demás senadores, y anteriormente, a todos los diputados federales.

Particularmente, celebro las inteligentes intervenciones y contundencias de los senadores veracruzanos, la Dra. Claudia Tello y el Maestro Manuel Huerta, quienes supieron poner muy en alto al obradorismo veracruzano aprobando la Reforma al Poder Judicial.

Claro que la aprobación de la Reforma del Poder Judicial es el fin de una era de injusticias, pero también, el principio de una nueva era para hacer justicia a miles de mexicanos excluidos de ella por un sistema político mexicano degenerado y corrompido, queda pues en las manos de todos los mexicanos y de todas las mexicanas, elegir a los mejores magistrados y jueces que hagan realidad una justicia pronta, expedienta y democrática, además de un Poder Judicial al servicio del pueblo y no de unos cuantos.