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La científica y presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no cree que el crimen organizado este cometiendo en el país actos de “terrorismo”, un delito grave tipificado por las leyes penales del país.
La barbarie que ejercen los cárteles de la droga, la explosión de “coches bomba” -la que ocurrió el jueves 24 en dos municipios de Guanajuato- y el uso de drones, no son preocupantes para la señora presidenta.
Al igual que su antecesor y su actual guía AMLO -por cierto, no cumplió con irse a “La Chingada” (sic) como lo había prometido-, doña Claudia tiene la habilidad de minimizar la narcoviolencia que se vive recurrentemente en todo el país, con sus excepciones.
Con las mismas posees del talibán de Macuspana, utiliza el ‘pulpito presidencial’ para denostar y demonizar a la prensa, a sus adversarios y a la oposición que critican su gris modelo fallido de la lucha anticrimen.
A los medios de comunicación los acusa de ser “sensacionalistas” y “amarillistas” por difundir los hechos violentos en tiempo real y descarnados que dejan a su paso las mafias del crimen organizado.
El gobierno de doña Claudia pretende que la prensa sea ciega en el campo minado del país y, en cambio, se multipliquen los halagos por su regresión y desgobierno. En 25 días de haber asumido el poder se registra un espejo de un gobierno autócrata, avalado por el Congreso de la Unión, su cómplice abyecto.
La señora presidenta, que gobierna desde el púlpito de ‘la mañanera’, deslinda de alguna manera a los cárteles de la droga de ser promotores del “terrorismo” por la sencilla razón que al reconocerlo como lo establecen las leyes penales del país, daría pie al intervencionismo in su facto de EU para combatir en suelo mexicano a los “narcoterroristas”.
Sería un triunfo para los congresistas republicanos que le han exigido a Biden su beneplácito para que la DEA y el FBI le hagan el trabajo en México a doña Claudia Sheinbaum, porque ella decretó “no combatirlos” de frente si no por otros medios de disuasión.
En otras palabras, el gobierno de la cuatroté decidió, igual que su predecesor-está ejerciendo el Maximato en todo su esplendor-, cogobierna con el crimen organizado, como pago de su cuota por haber arrollado en los pasados comicios presidenciales a la oposición.
El único poder que puede frenar la autocracia que refleja la científica de origen judío y fiel alumna del Robespierre de Macuspana es el Poder Judicial de la Federación, al que intenta destruir para afinar la obra perversa de la autocracia formal o cleptocracia.
¿Qué es “terrorismo”?
Según el Diccionario de la Real Academia Española, “Terrorismo” es la “Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”.
Lamentable, pero el futuro de Veracruz, a partir del 1 de diciembre, no se vislumbra una perspectiva de bienestar, desarrollo, autonomía y libertad. Será un gobierno autoritario para el imaginario colectivo, pero mano suave para los gobiernos municipales morenistas.
Doña Rocío Nahle García había dicho habrá una persecución contra aquellos que la denostaron en la campaña electoral por su ‘enriquecimiento ilícito’. Ojalá nos equivoquemos y la virtual gobernadora busque la reconciliación y ‘cicatrice heridas’ con todos los veracruzanos, para bien de Veracruz.
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