El desastre no sólo es el derrumbe del cerro sobre la carretera en Maltrata, el desastre es el abandono en todas las carreteras de nuestro querido Veracruz.

En Todos Santos viajamos a Acayucan a visitar a la familia política, mi esposa es de Oluta.

Así viajamos desde hace 15 años por lo menos una vez al año, sea por la carretera libre o por la autopista, pero jamás en esos 15 años había estado la carretera así de abandonada, con baches enormes y profundos que rompen llantas y dañan amortiguadores.

Vimos varados varios autos y camionetas cambiando sus neumáticos rotos, tanto de ida como de regreso. Esta vez viajamos por la carretera libre de ida y vuelta, en ambos sentidos la ruta es un desastre. No usamos la autopista porque hay largas filas de vehículos en algunos tramos.

Pudimos ver que la autopista de Xalapa a Veracruz también está con baches en ambos sentidos.

Por las noticias nos enteramos que en el norte del estado las carreteras están en pésimas condiciones.

Por otro lado, también con frecuencia vamos al rancho de mi abuelito, el Mayor Alcántara, que está pasando Teocelo, cerca de Texin y la carretera está con sendos baches.

Por todo lo anterior afirmamos que el desastre de las carreteras es en todo Veracruz.

El gobierno, ruin y miserable, prefirió el subejercicio y el desvío de recursos (a través de empresas fantasma) en vez de atender a los veracruzanos.

Con el gobierno que termina las carreteras de Veracruz se transformaron en muladares. De seguir por ese camino pronto en vez de coche los veracruzanos debemos usar mulas para trasladarnos de un lugar a otro.

El tan cacareado programa “bachetón” es consecuencia del abandono insolente de los gobiernos salientes, tanto federal como estatal. Bachear no será suficiente, ya lo están haciendo en la barranca de Teocelo, antes había que lidiar con los baches, ahora tenemos que lidiar con los chipotes, pésimo resultado del mentado “Bachetón”.

No solo son los baches, también falta señalética, las tan útiles líneas amarillas y blancas, limpieza de cuentas, fantasmas y reflejantes.

Deseando mejores escenarios de Vida para los veracruzanos, decimos con alegría y gratitud,

¡Viva Méééxico señores!

¡Ajúúúúaaa!