El próximo domingo, Rocío Nahle, rendirá protesta como gobernadora constitucional del estado de Veracruz, lo hará por todo lo alto, con la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum y al menos 14 gobernadores, así como, la crema y nata de los diputados federales y los senadores, no se recuerda un evento similar en algunos lustros.

Sin duda, el espaldarazo político implica un apoyo fundamental para la nueva administración (a lo que debemos sumar, que cuenta con mayoría calificada en el Congreso local), sobre todo, porque hay que recomponer el tiradero acumulado por el Cui.

Así las cosas, Nahle enfrenta el reto de enderezar el rumbo de la entidad, que en lo que va del presente siglo, ha visto incrementada su deuda pública de manera exponencial, además, de que los principales indicadores, señalan que nos encontramos en una profunda crisis de inseguridad y económica, en lo particular, aunque los atrasos son en varios rubros.

Será interesante, observar cual va ser la estrategia ante los sonados escándalos de corrupción del gobierno que está a punto de terminar, hay dos opciones: proceder contra los funcionarios que tengan responsabilidades o, hacer mutis y aplicar el típico ‘borrón y cuenta nueva’, ya se verá.

En concreto, Rocío Nahle asume el cargo con un gran bono democrático y político que, quizá le sirva para enfrentar los comicios municipales del 2025, sin embargo, el reto consiste en refrendar el poder acumulado en las intermedias de 2027, veremos qué pasa.