A pesar de que en algunos espacios de opinión se habló y se especuló que la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, había presentado su renuncia ante el Congreso, hasta el momento, cuando menos hasta el momento de esta redacción, no hay tal renuncia. 

La Fiscal afirmó para Política al Día Express que esas versiones no corresponden a la realidad, y lo mismo hizo después en declaraciones públicas. Hasta allí lo expresado por ella. 

Mientras, otras fuentes de la Fiscalía comentan que hasta el momento tampoco hay siquiera instrucción de ir preparando la entrega recepción. 

Comentario aparte es que lo anterior no quiere decir que no pueda darse la renuncia, sobre todo por lo que se ha adelantado que se cocina en el Congreso Local para ajustar los años en que los titulares de la Fiscalía podrán permanecer en el cargo y con la reserva de que pudieran ser ratificados por el Poder Legislativo. 

Lo que se puede ver en el horizonte es que la Fiscal Hernández Giadáns sí termine por renunciar, eso pareciera ser un out cantado, pues la famosa ‘autonomía’ de la que se presume no es más que una innegable pantomima, ya que se ha demostrado que los fiscales que precedieron a Hernández Giadáns no han podido completar su periodo de ley. 

Cuanto Fiscal “autónomo” ha llegado, Fiscal que ha sido reemplazado por el gobernante en turno. 

Esta visto que cada gobernador ha buscado poner su propio Fiscal, y al menos intentan que éste dure uno o dos años más después de su salida, para que le cubra las espaldas y después los abandonan a su suerte. 

El famoso “Fisculín”, Luis Ángel Bravo Contreras, Fiscal “autónomo” de Duarte, terminó en la cárcel; Jorge Winckler, Fiscal “autónomo” de Yunes, terminó en la cárcel; ahora, Verónica Hernández Giadáns, lo más probable es que no quiera recorrer la misma senda, pues como dicen en el rancho, hay quienes aplican la máxima “yo con una cachetada tengo”. 

Lo que sí se puede afirmar es que de renunciar Verónica Hernández Giadáns, lo hará sin manchas y con la frente en alto de que cumplió de sobra con su deber legal. 

Ni modo, esa es la famosa autonomía con la que se han creado en el país un sin número de organismos que a fin de cuentas ni son autónomos, ni le sirven al pueblo. 

Y, a eso, ya deberíamos estar acostumbrados.

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