|
Marcelo Ebrard se juega buena parte de su capital político rumbo al 2030 en la renegociación del T-MEC, y es que para llegar a “buen puerto” con la gente de Donald Trump necesitará (y en Economía lo saben de sobra), una mezcla de expertos “cuatroteístas”… y “neoliberales”.
No será cosa menor el “estira y afloja” durante las mesas de análisis del tratado, más aún cuando las cartas de Trump ya fueron expuestas con la agresividad acostumbrada del magnate. De ahí que Ebrard tenga clara la imposibilidad de llegar con bateadores que “promedien menos de 200”.
Por eso Marcelo Ebrard pidió hace algún tiempo autorización a la presidenta para revisar (e incluir) perfiles teóricamente “no afines” al gobierno en turno, en el afán de salir bien librados de los duros cabildeos con los “trumpistas” el próximo año.
El excanciller obtuvo la anuencia de su jefa siempre y cuando no dejara fuera a “la gente valiosa del movimiento”, y que además, se les aclarara a los “expertos neoliberales” que la contratación era exclusivamente para ese trabajo: la renegociación del T-MEC… y ya.
Y es que a veces, cuando se avecina una amenaza que podría generar consecuencias de cuidado para el país, (como el tema del tratado comercial de América del Norte), es válido y justificable juntar a gente de “universos” distintos por un fin común (algo como aglutinar a personajes de Marvel con los de DC para una misión única).
El equipo de Trump ya sabe que en la comitiva mexicana habrá gente que negoció aquel TLCAN con el gobierno de George Bush, y ante ello, preparan los argumentos para resaltar todo lo que ese antiguo tratado “no convino” a EU, “buscando llevar las aguas” hacia un acuerdo “mucho muy trumpista”, tanto para México como para Canadá.
Habiéndose resuelto el dilema de contratar o no perfiles neoliberales (y juntarlos con morenistas), para “enfrentar” la versión “reloaded” del T-MEC de Trump, el asunto radica ahora en llevarse al equipo más calificado de “salinistas” (o simplemente “conservadores”), para la gran renegociación.
Sobra decir que de la forma en que nuestro país quede parado en el próximo T-MEC (y los beneficios que ahí se obtengan), dependerán parte de las aspiraciones de Ebrard hacia el 2030.
Veremos qué ocurre.
X: @aaguirre_g
|
® 2013 ENTORNO POLÍTICO |