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+ El puerto de Veracruz requiere un cambio urgente: Rosa María
+ Luchamos por derechos, no por dádivas, indica Hernández Espejo
+ Siempre he sido de izquierda, comenta la mujer que en 1998 fue regidora del puerto jarocho.
Es tiempo de mujeres. Ese parece ser el aire fresco que recorre el país, de norte a sur, de este a oeste. Es el aggiornamento —como acuñaron los italianos—, la puesta al día de la política mexicana. En un hecho histórico, una mujer, Claudia Sheinbaum encabeza por primera vez la presidencia de la República y una mujer, Rocío Nahle, la gubernatura del Estado de Veracruz. La participación activa de las mujeres en la toma de decisiones desde cargos de elección popular ha venido a fortalecer la democracia mexicana y a la sociedad en general.
Para el proceso local que ya está en marcha en la entidad veracruzana, las mujeres serán protagonistas en las plazas electorales más importantes. En Xalapa, la capital veracruzana, ha venido creciendo cada día más la versión de que Daniela Griego Ceballos, ratificada como directora del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), será enviada a buscar el voto y en el puerto de Veracruz, el nombre de la diputada federal Rosa María Hernández Espejo suena que suena y suena.
En febrero de este año que fenece, en reunión con la Asociación de Comunicadores de Veracruz, siendo diputada federal de la LXV Legislatura —hoy ya es legisladora del distrito XII—, me dijo que la gente del puerto de Veracruz, que suele ser muy demandante y exigente “quiere un cambio; ya está harta, ya le dio tiempo al panismo, un partido que ha abandonado la ciudad”.
En una nueva conversación ratifica lo dicho en aquellos días. “Veracruz requiere un cambio urgente. Yo he caminado la ciudad desde hace muchísimos años”, señala enfática la mujer que como periodista dio amplia cobertura al movimiento de izquierda en el que participaron personajes como Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas y el propio Andrés Manuel López Obrador.
“Desde entonces soy de izquierda y en 1997 participé en la campaña a la diputación federal, cuya candidata fue la también periodista Socorro Aubri, obteniendo el primer triunfo para la izquierda en el puerto de Veracruz y seguí participando en las campañas locales”.
Rosa María Hernández Espejo fue electa en 1998 regidora del Ayuntamiento de Veracruz y representó al movimiento de izquierda en este municipio con las comisiones de Educación, Cultura, Actos Cívicos y Bomberos. En 2004 organizó la primera presentación del libro Proyecto de Nación de Andrés Manuel López Obrador, una obra clava que sentó las bases del Movimiento de Regeneración Nacional.
“El puerto de Veracruz requiere un cambio”, insiste la mujer que no ha parado sus recorridos en la demarcación que representa. En febrero pasado me lo decía así: “He caminado mucho, conozco las necesidades de la gente. El oficio del periodismo me ha servido mucho para escuchar a la gente, para registrar sus necesidades. No he podido hacer periodismo partidista, pero no se desprende de mi ser. Cuando concluya mi carrera política regresaré a hacer periodismo”.
Hoy, la actual diputada de mayoría relativa por el distrito federal XII, dice que se someterá al método de elección que MORENA decida, para ser candidata a la presidencia municipal del puerto de Veracruz. Está convencida de que hay que acelerar el cambio, porque “la ciudad está abandonada; hay malos servicios; la ciudad está a oscuras; no hay obras; pavimentan una cuadra y difunden como si hubieran construido calles completas; llueve un poco y la ciudad se inunda”, asienta.
Convencida, de que el aire fresco que impulsa a las mujeres, puede favorecerle, Rosa María Hernández Espejo se muestra convencida de que se deben desterrar las dádivas de la política. “Hay algunos que quieren seguir en esa dinámica, de compra de votos y conciencias; nosotros luchamos por derechos, no por dádivas. La lucha que yo encabezo es diferente. Sé que la vieja política mal acostumbró a la gente, pero nosotros tenemos que cambiar eso. La gente debe saber que los programas sociales que recibe son su derecho, ganados en la lucha que todos hemos emprendido y no forman parte de una estrategia electoral o de campaña”, asevera.
Rosa María ha medido las muestras de cariño y apoyo en este municipio; ha hecho la tarea, sabe que cuenta con el respaldo total de siete de los diez delegados del partido en el puerto de Veracruz y cada semana recorre su demarcación, porque sabe que se debe a la gente. De propia mano me regala el Decálogo del Humanismo Mexicano del movimiento en el que trabaja: 1. La prosperidad debe ser compartida. 2. No puede haber gobierno rico, con pueblo pobre. 3. Las y los gobernantes deben ser honrados y honestos. 4. La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. 5. Prohibido prohibir. La libertad es la esencia de la democracia.
6. Desarrollo y bienestar con cuidado del medio ambiente. 7. Las mujeres tenemos derecho a la igualdad sustantiva. 8. México es un país soberano, independiente y democrático. 9. La política se hace con amor, no con odio. 10. Condenamos el clasismo y cualquier forma de discriminación.
@MValeraH
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