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Apreciable lector, se dice que en política los amigos son de mentiras y los enemigos de verdad; en todo México se narra el diferendo por el manejo de recursos entre los Morenistas, Adán Augusto López Hernández contra Ricardo Monreal, que son los coordinadores del senado y la cámara de diputados, por contratos e irregularidades, que dejan al descubierto un manejo discrecional y poco escrupuloso de los dineros públicos en el senado la administración anterior. El senador Adán Augusto hablo de dos contratos multianuales uno por resguardo de archivo, otro por mantenimiento e instalación de elevadores, juntos ascienden a 150 millones anuales, casi 900 millones por el sexenio.
Lo mismo ocurre en el estado de Veracruz, el conflicto acá es entre Esteban Bautista y Juan Javier Cazarín, por el mismo tema, un manejo discrecional del dinero público en la anterior legislatura de Veracruz. En el caso del estado hablan de contratos multianuales de limpieza por 30 millones anuales y por la adquisición de tabletas por 7 millones de pesos para colocar en las curules de los legisladores locales, en ambos se deben transparentar los contratos y los costos exactos de estas erogaciones. Buenos para responder, pero malos para explicar el ejercicio que dieron a los recursos y encima se dicen ofendidos, deberían aclarar exactamente el destino del gasto.
Los dirigentes Luisa María Alcalde Lujan y Esteban Ramírez Zepeta, no pueden dejar pasar esta situación con un simple sean prudentes y que prevalezca la unidad, si quieren marcar diferencia y dar cauce a los postulados de MORENA de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, deben ser muy enfáticas en el esclarecimiento por el manejo de recursos que hagan los miembros de su partido, en el ámbito que sea.
La presidenta Claudia Sheinbaum no debería premiar a exgobernadores, aunque sean sus correligionarios, como los de Chiapas y Veracruz con cargos, consulados y embajadas, se trata de colocar a los mejores y que se esclarezcan malos manejos en sus administraciones y no de premiar errores de gobernabilidad. En el mismo sentido la gobernadora Rocío Nahle no deberá permitir que se compense a funcionarios de la administración anterior, solo por haber estado como aplaudidor en todos los mítines de su campaña, sino tener claridad de que se cuenta con los mejores funcionarios, al frente de las dependencias, ya que se premió a un personaje de dudosa reputación con la delegación del Bienestar.
Así pues, estas desavenencias deberían ser la oportunidad propicia para que las dirigencias del partido y las primeras damas pongan ejemplo en la actuación de miembros de su partido y funcionarios, no se trata de tomarse la foto y aquí no paso nada, el dinero público debe manejarse para lo que fue designado y no en beneficios personales, ni superfluos, ni suntuosos, en ningún ámbito.
Mas allá de reuniones y postales, o pedirles que se serenen, mejor que digan ¿dónde quedaron los recursos públicos?, en las bolsas de Monreal, de Cazarín, o en beneficio del pueblo, de quien, eso es lo que verdaderamente nos interesa saber. En la cuarta transformación, este tipo de anomalías no pueden permitirse y menos quedar sin transparentar el destino de los recursos. Si no la máxima de no somos iguales, quedará en simple slogan.
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