La detención de más de 100 policías en Comitán y la creación de las Fuerzas Especiales Pakal que “ilustra los primeros días en el cargo del gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, que vincula su éxito al combate al crimen”, ha llamado la atención del periódico El País, cuya edición digital es una de las cinco más consultadas a nivel mundial, alcanzando más de 14.5 millones de lectores en septiembre de 2024, según datos de Comscore.

“Chiapas se encomienda a los guerreros Pakal” se titula el reportaje de Pablo Ferri, publicado en la edición dominical de El País, que destaca: “Los grandes despliegues policiales y la aparente fluidez operativa de las fuerzas de seguridad protagonizan los últimos meses del año en México. Es la política de golpes de efecto del Gobierno federal, que dirige Claudia Sheinbaum, y también de algunos estatales, caso evidente de Chiapas”.

El corresponsal español señala: “El nuevo gobernador, Eduardo Ramírez, de Morena, que este domingo cumple tres semanas en el cargo, ha creado un grupo policial, la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), que cada día aparece en un municipio distinto, realizando cateos y detenciones, dando la sensación de que el nuevo Gobierno actúa por fin contra el crimen”.

“De momento es eso –indica Ferri–, una sensación. Cateos y detenciones son apenas el inicio de un largo camino que suele torcerse –el camino de la justicia– cuando llega a los juzgados. En México, los niveles de impunidad superan el 90% en la mayoría de delitos de alto impacto, cifra parecida a la de crímenes que ni siquiera se denuncian. La situación en Chiapas es crítica. La delincuencia en el estado se ha expandido en los últimos años, enraizada en una amplia variedad de corruptelas. En algunas regiones, las batallas de los grupos criminales han sometido a la población a un estado de alarma permanente”.

A diferencia de la mayoría de los medios locales cuya información es complaciente y en otros casos de alabanza exagerada, el periódico español El País es uno de los pocos medios globales que desde hace varios ha mantenido una postura crítica y de interés noticioso sobre México y en especial Chiapas, que en 1994 fue el lugar donde surgió la rebelión indígena del EZLN y atrajo la atención de los periodistas de todo el mundo.

“Una rebelión en México –escribió Maite Rico en aquellos años– era un fenómeno extravagante: como si se cumpliera la vieja sentencia periodística y un hombre, por fin, hubiera mordido a un perro. Pero, además, era una rebelión indígena, lo cual tocaba especialmente la fibra sensible de la opinión pública. Y, además, tenía un dirigente que era joven, blanco, atractivo, culto, que coqueteaba, que tenía sentido del humor, que hablaba en nombre de los indios y que pedía democracia y justicia. Las cámaras tenían ante sí a la reencarnación de Robin Hood. Fue un amor a primera vista. El flechazo ente Marcos y la prensa se transformó en un apasionado idilio, que con el tiempo se iría diluyendo en medio de recriminaciones, hastío y desencanto. Pero en aquellos momentos, fue un auténtico delirio”. (Este País, 1999).

La guerrilla zapatista y su dirigente, el subcomandante Marcos, ocuparon los titulares de los periódicos y los medios de todo el mundo desde que aparecieron el primero de enero de 1994, convirtiendo a Chiapas en un referente noticioso global. Un interés que se ha mantenido durante 30 años y que es evocado cada primero de enero. 

Sin embargo, en estas tres décadas la figura de Marcos y los zapatistas se ha ido desvaneciendo, aunque los indígenas chiapanecos siguen representando a la población más pobre del estado con mayor pobreza en el país. Tras la rebelión han surgido nuevos problemas que conjugan conflictos locales, como las pugnas entre grupos étnicos por el poder en sus comunidades, con los problemas globales como la migración y las disputas del crimen organizado.

Todos los días, año tras año, Chiapas –desgraciadamente– sigue atrayendo la atención de la prensa mundial y no precisamente por las buenas noticias. En la última semana, la atención del corresponsal de El País se ha centrado en la acción del gobernador Eduardo Ramírez y la FRIP, encabezada por Óscar Aparicio, para enfrentar la violencia en Chiapas:

“La fe de Ramírez y Oscar Aparicio en la FRIP roza lo religioso –escribió Ferri–. El día de Navidad, el gobernador compartió un video de la Fuerza, cantando una especia de himno, junto a la leyenda: “Arenga de los Pakales. Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) ¡Vencer o Morir!”. En el video, los “pakales” cantan, por ejemplo, “no soy policía, yo soy especial, me gusta el combate, también disparar”. Ante la aparición de grupos especiales como este, la duda apunta a su desempeño. En Zacatecas, ha habido críticas estos años por posibles abusos de la FRIZ. De momento, en Chiapas nadie ha levantado la voz”.