Si algo nos gusta a los Veracruzanos es presumir que tenemos el litoral más grande del Golfo de México, 745 kilómetros y que hay al menos 3 puertos insignes de nuestro país como los de Tuxpan, Coatzacoalcos y el gran puerto de Veracruz.

Pero así como nos enorgullece este litoral en el mar del Golfo y después de la rueda de prensa de ayer del Presidente Electo de Estados Unidos, Donald Trump, conociendo sus arrebatos unilaterales, tal vez pronto nos debamos acostumbrar llamarle el Litoral del Golfo de América.

Aunque la Presidencia de México ya le contestó en el mismo tono diría irónico, la realidad que se le viene a México es la de un Presidente Americano urgido de convalidar su autoridad política, económica y militar en todos los frentes posibles.

A diferencia de su anterior periodo, el Trump de hoy llegará a la silla con más experiencia y muy lastimado en su esencia política. Recordemos que fue acusado de llevarse, a su residencia en Mar-A-Lago, documentos clasificados oficiales y de incitar la toma de la Casa Blanca después de su derrota ante el actual presidente Joe Biden, la que nunca aceptó asegurando que le robaron la reelección.

Pero lo que alienta la nueva posición de Trump es el quiebre global de las democracias y el resurgimiento de autócratas, dictadores y pseudo demócratas. Y Él ya sabe que por la buenas no se consigue nada por que es con la fuerza como se logra vencer al contrincante.

En este escenario, la lucha no es igual con México. Aunque en lo comercial les vendemos más de lo que compramos, ellos nos venden por ejemplo, gas natural para nuestras industrias y hogares, o gasolinas refinadas para nuestra movilidad o alimentos básicos como los granos y carnes para alimentarnos, además de ser el principal proveedor de armamento para nuestras fuerzas armadas. Es decir, en una pulsada entre ambos, estaremos en desventaja.

Y si le agregamos los más de 60 mil millones de dólares que cada año nos envían los paisanos de allá, donde ese dinero es pieza clave en la economía del país, entonces nos vemos más desiguales.

Donde tenemos la de ganar en este tablero binacional, es en la capacidad de unión nacional ante cualquier amenaza o desastre nacional. Recordemos que cuando el presidente Peña Nieto recibió igual amenazas del recién electo Trump, hasta López Obrador, entonces el mayor opositor, se sumó a la defensa política.

La pregunta es si aún ante lo que se ve venir como oleada poltico-comercial y de seguridad contra México estarán todas las fuerza políticas unidas? ¿O acaso usted a escuchado o visto a los líderes de otras fuerzas políticas no afines a Morena pronunciarse?
Yo no.

A 12 días del cambio de gobierno en Estados Unidos de América, la incertidumbre y el temor de miles de paisanos radicados allá con familiares acá crece y crece.
Por eso no es un bluff el cambio de nombre del Golfo de México.

Es , más bien, la punta de lanza que enseña el nuevo gobierno americano ante su aún socio comercial.

No hay que tomarlo a la ligera.

¿O usted qué opina?

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