En el marco del proceso local electoral 2024-2025, para la renovación de las alcaldías veracruzanas, el Partido Revolucionario Institucional se reportó listo y anunció la emisión, en los próximos días, de la convocatoria para la selección de sus candidaturas.

El pasado viernes, el dirigente estatal del tricolor, Adolfo Ramírez Arana, declaró que en los próximos días se abrirá el proceso interno para el registro de los precandidatos a los cargos edilicios en disputa.

Dijo que los veracruzanos piden un cambio, debido a los desastrosos gobiernos de Morena, aunque ese discurso ya lo había pronunciado antes de las elecciones de 2024, cuando su partido fue borrado del mapa por la 4T.

El dirigente priista sostuvo también que en el proceso interno se espera una alta participación del priismo y señaló que en el partido sólo quedan los militantes leales.

La declaración de Ramírez Arana es abundante en optimismo, pero escasa en datos que le respalden; la realidad es que este partido va en caída libre desde hace una década: en las elecciones locales de 2016, por ejemplo, el PRI sólo ganó en 3 de los 30 distritos locales en disputa.

En las elecciones de 2017 por las alcaldías, la votación priista apenas superó el 18%; el partido, en alianza con el Verde, sólo logró resultados favorables en 36 ayuntamientos.

En 2021, el PRI cayó aún más en Veracruz: su votación pasó del 18 al 11.3%; y en 2024 terminó por desfondarse, al bajar al 10.8%.

En el más reciente proceso local, menos de 400,000 priistas votaron por su candidato a gobernador; y apenas 307,000 lo hicieron por sus abanderados a las diputaciones locales. En esta elección, el PRI sólo registro el 9.01% de los votos.

El pasado viernes, por cierto, el diario El Universal da a conocer una nota que consigna la pérdida de militantes de los partidos de oposición en México. Indica que entre 2017 y 2023, el PRI dejó ir al 77.8% de sus afiliados; el partido pasó de 6.3 millones de militantes a 1.4 millones; y Veracruz es fiel reflejo de esa realidad nacional, que consigna un priismo disminuido, desfondado y reducido a su mínima expresión,

El tricolor enfrentará las elecciones municipales de Veracruz en el peor escenario posible: con la militancia cada vez más erosionada; y con adversarios políticos –en este caso Morena– consolidados y en crecimiento.

Quienes conocen a fondo el movimiento en este partido apuntan que a la dirigencia le costará trabajo encontrar 212 valientes que estén dispuestos a ser postulados como candidatos de una fuerza política en picada; dispuestos a perder el tiempo, así como los recursos que destinen al proselitismo.

A este paso, el partido está más cerca de la pérdida del registro que de sus viejas glorias.

@luisromero85