19 de Enero de 2025
Entorno Político | OPINIÓN
Viernes 17 de Enero de 2025 | 7:00 p.m.
Irineo Domínguez Méndez
Irineo Domínguez Méndez
Senador patea pesebre

Ni tardo ni perezoso, el senador de Veracruz “se fue a la yugular de funcionarios” que aspiran a un cargo edilicio en el presente proceso electoral que vive Veracruz; incluyendo a los actuales diputados locales. Los criticados fueron calificados como “chapulines”, delincuentes y arribistas impresentables. Chapulines porque, dice, aún no toman protesta de un cargo y ya se apuntan para otro; delincuentes porque supuestamente utilizan recursos públicos para promoverse e impresentables porque carecen de moral política al provenir de otros institutos políticos.

Ahí no paró la cosa, sus críticas incluyeron al dirigente estatal de su partido; a quien señaló de favorecer a una candidata a la alcaldía de Xalapa. Denostándolo, vampiresamente, intenta ilustrar expresando: “se dan violaciones estatutarias”; al cargar los dados hacia algún lado; pues, según él, lo hacen hacia una aspirante que fue empleada del exgobernador”. Con tal declaración ¿intenta hacer carambola de dos bandas? Creo innecesario aclarar el punto.

El chapulineo es considerado como salto de un puesto de elección a otro; pero, el senador soslaya la voluntad de la ciudadanía, quien tiene la facultad de reiterar o retirar su voto a favor del “chapulín”. Al denunciar que funcionarios designados o diputados chapulines pudieran usar recursos públicos para promoverse, solo pretende ganar reflectores; nada puede probar ante la fiscalía. Tal vez él sí utilizó la delegación del Bienestar como catapulta al cargo que ostenta: ¿cree el león que…? Al endilgar tales calificativos y el de impresentables a ciertos aspirantes, olvida que su amigo aspirante a la alcaldía apoyó y laboró para gobiernos panistas: ¿eso lo hace impresentable? O, por dejar tirada la sindicatura de Xalapa a cambio de otro puesto, ¿su amiga aspirante es chapulina?

Algo identifica al senador: la práctica del “amiguismo y sectarismo oculto”; conductas totalmente antiéticas, de ahí su actitud vampiresa que lo exhibe sangrando de las comisuras labiales. Sin duda alguna, es amigo del aspirante eterno a la presidencia municipal de Xalapa; que, a propuesta suya, fue empleado del pésimo expresidente Hipólito Rodríguez y, posteriormente, de él mismo en la Delegación del Bienestar. También es muy amigo de la exsíndica “chapulina”, que hoy aspira a la presidencia municipal.

Dicho senador practica el amiguismo y sectarismo oculto a todas luces por las siguientes razones: se presume que fue él quien propuso a la “chapulina” para ser, primero, síndica y, segundo, como integrante de la Comisión Nacional de Elecciones. Su “sectarismo” es fácil identificable: pertenecen al grupo de la USISVER que durante el sexenio pasado tuvo demasiado poder político. Tal sectarismo le sirvió para proponer como candidato al expresidente antes citado y en la actualidad propone a otro aspirante para el mismo cargo.

¿Están los dados cargados? En dado caso, el dirigente estatal solo lo imita; el senador “aceptó” que en varios municipios hubo “registro único en el proceso de 2018”; proceso que él dirigió. Los integrantes de la Comisión Nacional de Elecciones, entre ellos “la chapulina”, aprobaron los requisitos y virtudes políticas en un solo aspirante.

El senador “se queja” de lo practicado por él y la exsíndica. Omite decir que, en los registros del año 2018, él impedía a los aspirantes entrar al recinto donde se efectuaban con teléfono celular, para evitar toma de fotografías que sirvieran de evidencia de dichos registros; pues, él no entregó comprobante alguno a los aspirantes. Hoy que le toca estar fuera de dirigencia alguna, “olvida” que desplegó las conductas que critica.

Al referirse a violaciones del Estatuto de Morena, sólo exhibe la carencia de calidad moral toda vez que, cuando fue dirigente estatal, lo violentó. Esto es así, porque a sabiendas de que sería designado delegado del Bienestar, nunca solicitó se convocara a sesionar al Consejo Estatal de Morena, en la que presentara su renuncia y se reconociera como presidente en funciones del Comité Ejecutivo al secretario general. Provocando, así, el caos al interior del partido.

Ahora se limpia las manos embarrando al exgobernador; con quien, se presume, estuvo de acuerdo con el nombramiento de dirigente provisional al que ahora denuesta. Llegado el momento, no se opuso a ninguna postulación efectuada en el 2021, siendo ya encargado el dirigente denostado por él.

Sin duda alguna, en cuanto al Estatuto de Morena, el senador recuerda el dicho: “aplíquese la ley, pero en los bueyes de mi compadre”. Lo que conlleva a otro dicho: “para tener la lengua larga hace falta tener la cola corta”.

En fin, la realidad nos muestra que los acuerdos políticos existen en todo ámbito político. Si hicieran públicos los desacuerdos de consensos, los aspirantes tendrían que solicitar se lleve el procedimiento electivo mediante encuestas. A todos ellos, les sugiero estudiar –no solo que lean– la Convocatoria de Morena. Así, nadie podrá ser sorprendido.

 

irineodm@yahoo.com

 

Otro sí digo. – El senador no es un político bueno, sino un buen político. Él juega sus cartas pateando el pesebre.

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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