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¿Recuerda usted que hace algunos días un lector y una lectora me mandaron sendos mensajes en los que se quejaban de la falta de cumplimiento de dos compañías, Yazbek y Julio?
¿Recuerda igualmente que los fabricantes de ropa Yazbek respondieron de inmediato a la queja hecha pública y corrigieron el error, con lo que el cliente finalmente quedó satisfecho?
¿Y se acuerda que al tratar el asunto de la tienda Julio puse que esta columna empezaba a parecerse a una sucursal de la Profeco porque era la segunda vez que en este espacio llamaba a la cordura y al cumplimiento de una empresa comercial?
Pues en verdad que “Sin tacto” ahora se parece a la Procuraduría Federal del Consumidor, porque los señores de Julio no me hicieron caso ni por asomo.
Cuento rápidamente lo que sucedió con la clienta quejosa: resulta que fue a comprarse unas botas en la sucursal de la Plaza Américas de Xalapa, se midió un par, lo pagó y lo llevó a su casa. Ahí se probó las botas y resultó que una era del número 4 y la otra del número 3 y medio. Y como nuestra protagonista tiene los dos pies del mismo tamaño, como corresponde a una persona que se sabe medir, pues una bota le quedó bien y la otra chica, o tal vez una le quedó bien y la otra grande (es que no se aclaraba este asunto nimio en el mensaje que recibí de mi querida corresponsal -que todas lo son-).
Bien, pues fue nuestra amiga con su par de botas inequitativas para que se las igualaran en la tienda y pensaba que sería atendida correcta y amablemente porque se presentaba como una tienda de postín con precios bastante altos y seguramente con personal capacitado para solucionar cualquier problema que se presentara con una venta, como fue el caso.
Pero no, en la sucursal Julio de Plaza Américas de Xalapa le dijeron que no tenían la bota número 3 y medio que faltaba y de principio la trataron de convencer que se quedara con el par injusto.
La cosa es que después de varios alegatos quedaron de devolverle el dinero por la vía de una transferencia y le dijeron que tardaría 15 días en hacerse efectivo el depósito.
Pero ya ha pasado casi un mes y es la hora que no le hicieron caso a ella y menos al primer “Sin tacto” en el que escribí sobre este problema. Por eso hemos decidido escribir un segundo, y esperamos que no haya necesidad de un tercero.
Caray, y tanta gente que se deja convencer por el espejismo y piensa que al ir a una tienda exclusiva va a recibir un trato justo y correcto.
En Julio de Xalapa no sucede eso.
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