+ Reveriano Pérez Vega, los pelones; la porosidad que Ramírez Zepeta no ve…

+ CEAPP: revictimizar desde el Estado...

José Luis Ortega Vidal

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La captura de Reveriano Pérez Vega, ex alcalde de Coxquihui y presunto líder de un grupo fuera de la ley denominado “Los pelones”, constituye un hecho que marca –se acepte o no desde la estructura oficial en el gobierno veracruzano- el proceso electoral 2024-2025.

Pérez Vega fue detenido en Xalapa la semana anterior, por elementos policiacos de Puebla, para que responda por un caso de asesinato en Teziutlán, municipio poblano.

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Luego de su registro como aspirante a la candidatura de MORENA en la búsqueda de volver a gobernar su pueblo natal, en la sierra totonaca, cerca de Papantla, al centro-norte de Veracruz, Pérez Vega fue señalado por el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara como un peligroso infiltrado en el partido guinda.

A Huerta Ladrón de Guevara se le desdeña desde los grupos de poder que controlan MORENA en Veracruz, no obstante que al legislador le asistió la razón no sólo por la descarada participación de Reveriano Pérez Vega -señalado a lo largo de los años como importante generador de violencia- sino por la debilidad en la estructura partidista morenista, evidenciada al permitir su trámite.

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Una de las muestras más claras de porosidad en MORENA, lo hemos dicho aquí, la representa su líder formal: Esteban Ramírez Zepeta.

Ni el joven dirigente, herencia del anterior gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, ni muchas figuras claves en el ejercicio actual del poder estatal, tienen conocimiento de fondo de los temas, datos y advertencias de Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

Descalifican al mensajero y desdeñan el mensaje, en la dinámica del pleito por las candidaturas en los 212 municipios.

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No visualizan, por ejemplo, que Reveriano Pérez Vega prácticamente se entregó a las autoridades –sus razones y estrategias tendrá al respecto- pero existen personajes como él que forman parte de grupos delincuenciales como “Los pelones”, quienes estarían actuando con discreción, con bajo perfil, mientras mueven hilos para hacerse de espacios de poder oficial.

Gente del perfil de Reveriano Pérez Vega busca espacios dentro de la vía legal, al mismo tiempo de representar al Estado paralelo ilegal que durante los últimos años se ha venido construyendo en la entidad veracruzana, como en otros estados de la República,

Y como afirma Manuel Huerta Ladrón de Guevara –buscando llevar agua a su molino político, desde luego- no existen los filtros adecuados en MORENA para evitar este proceso dañino, cuyas consecuencias se podrían vivir durante los próximos cinco años, en el marco del gobierno de Rocío Nahle García.

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La carta que el sábado pasado dirigió la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas (CEAPP) al gremio periodístico de Veracruz, consolidó en el discurso público la concepción del organismo creado durante el gobierno del Javier Duarte de Ochoa, aún preso, en un contexto de violencia mortal contra el gremio impulsada desde las entrañas de la propia administración duartista.

La CEAPP nunca ha operado como un organismo independiente; por tanto no involucra en la elección de sus cuadros directivos, ni en sus planes de trabajo, el voto y la opinión de reporteros, articulistas, fotógrafos, editores.

El gobierno en turno le da a la CEAPP la categoría de un organismo más dentro de su estructura oficial y quienes son llamados a formar parte de la membresía que recibe un salario, operan en el límite de los intereses del Estado y la compleja realidad socioeconómica y sociopolítica de quienes optamos por hacer del periodismo una vocación de vida.

No está de más apuntar que la balanza se carga hacia el ente patrocinador.

Hacer un llamado a la moral y la ética personales de los periodistas corresponde a un discurso confuso que, al ser contrastado con la realidad cruel que vive la mayor parte del gremio, resulta peyorativo.

A la compañera de Poza Rica -referida como punto referencia y causa del texto de marras- se le revictimiza…

Acción grave por venir del Estado; por incluir la firma de quienes reciben recursos para ser -al menos en teoría- solidarios y se asumen como fiscales y jueces…

Y por un desconocimiento básico, elemental, del concepto de derechos humanos.