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Buen día apreciado lector:
Es una verdadera desgracia sexenal para una ciudad como es la capital del estado y su población, que vive y depende mayoritariamente de la burocracia.
Cada seis años es lo mismo en el gobierno estatal. Y tan lamentable que siga, ahora con personas supuestamente de otra mentalidad, pero que disfrutan el juego de la tómbola electoral.
Resulta que al cambio de gobernador, en los otros poderes y todas las dependencias, con la llegada de un nuevo jefe, llega una comalada de inexpertos “servidores públicos” ansiosos de pegarse a la nómina y asegurar el ingreso. Algo muy normal y legítimo.
Lo que no se vale es que de la noche a la mañana dejen sin chamba a los que ya la tenían y lo estaban haciendo bien. Además, muchos de los nuevos colaboradores de determinada institución no saben a lo que van, no hacen bien lo que les toca hacer. Así sucedió con la llegada de los morenistas desde 2018.
¿Por qué no buscarles acomodo donde puedan seguir aportando sus conocimientos y el sueldo que corresponda?
La mayoría de los que pierden el empleo no saben qué hacer para el sostén familiar. Otros demandan, pero tienen que pasar muchos años para, si ganan, ser reinstalados bajo las condiciones que quieren “los jefes” y no lo que dicen los laudos. Por cierto, para quien no lo sabe, El laudo laboral es la resolución final emitida por la junta laboral (Internet, Trueba Urbina, 1980) donde absuelve o condena al patrón, en caso de condenarlo indicará con precisión, qué se debe pagar, cuándo se debe pagar y dónde se debe pagar, faculta al que gana el juicio de hacerlo efectivo por conducto de la fuerza pública ...”.
Ahh, pero hay jefes o segundos que llegan con altanería y amenazas, a, prácticamente echar a los angustiados empleados que trabajaron con lealtad y entrega, total y si llegan a ganarles el pleito que no buscaron, ellos ya no estarán al mando y menos, pagarán de sus bolsillos lo que haya que reponer al trabajador.
Por eso y muchas cosas más, ayer el personal administrativo de base en oficinas centrales de SEV, difundió un comunicado, anónimo claro, donde plantean que tienen “años de servicio, experiencia laboral y somos institucionales, pero no estamos de acuerdo que nos traten con la punta del pie”.
Algo pasa ahí que seguramente no le ha llegado a Doña Claudia Tello Espinosa, la nueva Secretaria de esa institución, la que desde su toma de posesión indicó que marcharían en acuerdo con todos los trabajadores y ora resulta que un mes después del arranque, alguna tuerca se está atorando en ese engranaje.
En suma, a los más de cien días de funciones, el nuevo gobierno ya se habrá dado cuenta quién sirve o no entre los nuevos funcionarios y colaboradores y si sus jefes los quieren apoyar que lo hagan de otra manera, pero mucho ayuda el que no estorba.
Claro que algo tiene que hacer este gobierno que presume ser diferente a los anteriores; para empezar, crear ordenamientos que en verdad sean para bien de sus trabajadores.
Por eso es alentador que la gobernadora del estado, declare su respeto de ida y vuelta, a la libertad de expresión y a los comunicadores.
Ojalá su gobierno escuche entonces lo que la gente dice a través de los periodistas.
Hay muchos más casos, pero de los que más se hablan es el de las conductas negativas de personas que hacen mal uso de los cargos y recursos públicos y luego amparados por los partidos que los llevan al poder, se van tranquilamente a disfrutar lo mal habido.
El reciente fallecimiento aquí en Xalapa, de la Maestra Angélica Palafox Olvera, de ejemplar paso por el Poder Judicial del Estado, trajo de nuevo la indignación social que provocó la llegada a Presidencia de este Tribunal, en 2016, de un sujeto incapaz, un tal Edel, que hizo mucho daño a la institución y a muchas familias, pues sin causa legal alguna, despidió a numerosos trabajadores, todos valiosos; dispuso de los haberes y que se recuerde, no hizo nada provechoso para los justiciables. Muchos aún no son reinstalados.
A la Maestra Angélica, profesional de gran respeto, la humilló y obligó a jubilarse, con lo cual cayó en la depresión y en la enfermedad.
Ojalá doña Rocío Nahle revise ésta y tantas conductas que la sociedad reclama, a través de la prensa, precisamente.
Por último, no se debe ignorar, el cuidado del agua y las plantas. Tenga paz y armonía en su hogar.
Gustavo Cadena Mathey, Premio Nacional de Periodismo.
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