Desde la presidencia de México, Claudia Sheinbaum ha lanzado un ambicioso proyecto destinado a transformar el panorama alimentario del país. Con el reciente anuncio de la marca del Bienestar, busca no solo ofrecer productos básicos a precios accesibles, sino también fortalecer la economía local y apoyar a los productores agrícolas. Este programa se presenta como una evolución de los históricos esfuerzos realizados por CONASUPO, LICONSA y DICONSA, pilares fundamentales en la lucha contra la desigualdad alimentaria en México.
UN VISTAZO AL PASADO: CONASUPO, LICONSA y DICONSA
La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), creada en 1961, fue una respuesta del gobierno mexicano para garantizar el acceso a alimentos básicos a precios regulados. Esta institución desempeñó un papel clave al abastecer comunidades vulnerables, estabilizar los precios de productos esenciales como maíz, frijol y leche, y promover la autosuficiencia alimentaria. Su labor marcó un antes y un después en la política social del país.
A la par, en 1944 nació LICONSA, una empresa estatal cuya misión fue garantizar el acceso a leche de calidad, fortificada con nutrientes esenciales, a las familias de escasos recursos. Este programa no solo buscaba combatir la desnutrición infantil, sino que también apoyaba a los productores lecheros nacionales, convirtiéndose en un intermediario eficiente entre la producción y el consumo.
A lo largo de décadas, LICONSA distribuyó leche en polvo y líquida a millones de mexicanos a precios subsidiados, consolidándose como un aliado clave en la nutrición de las familias.
Con la desaparición de CONASUPO en 1999, DICONSA tomó el relevo de una parte importante de su labor. Esta red de tiendas comunitarias, con presencia principalmente en zonas rurales y marginadas, ofreció productos básicos a bajo costo, adaptándose a las necesidades de las comunidades más vulnerables.
EL NUEVO CAPÍTULO, TIENDAS DEL BIENESTAR
El proyecto de Claudia Sheinbaum busca revitalizar y modernizar estos esfuerzos históricos. A través de la fusión de DICONSA y Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), su administración ha creado el programa "Alimentación para el Bienestar", con la meta de establecer 25 mil Tiendas del Bienestar en todo el país. Estas tiendas no solo ofrecerán productos básicos como arroz, maíz y frijol, sino que ampliarán su catálogo con artículos como chocolate, café, miel, productos de higiene y alimentos infantiles.
SIN INTERMEDIARIOS
Al igual que CONASUPO, este programa elimina intermediarios, asegurando que los campesinos y productores reciban precios justos por sus productos, mientras que los consumidores tendrán acceso a alimentos de calidad a precios accesibles. Por su parte, el legado de LICONSA continúa vivo en esta iniciativa, ya que se están construyendo plantas de leche en Michoacán y Campeche, así como centros de acopio en Chihuahua, para garantizar el suministro de lácteos nutritivos a miles de familias mexicanas.
FORTALECIENDO LA SOBERANÍA ALIMENTARIA
El lanzamiento de los “Chocolates del Bienestar”, elaborados con cacao mexicano, y la venta de productos agrícolas directamente adquiridos a los campesinos, son muestra del compromiso de este gobierno con la calidad, el precio justo y el desarrollo rural.
Además, el programa "Cosechando Soberanía", que otorga créditos a productores agrícolas, pesqueros y acuícolas, complementa esta visión al garantizar insumos y maquinaria necesarios para incrementar la producción nacional.
En definitiva, las Tiendas del Bienestar no solo representan una estrategia para combatir la desigualdad económica, sino también una evolución moderna de programas como CONASUPO, LICONSA y DICONSA. Este esfuerzo rinde homenaje a la historia mientras adapta soluciones a las necesidades actuales del país, sembrando las bases para un México más justo y autosuficiente.
Ojalá no se repita la historia de corrupción de Segalmex, para que realmente se acerque la canasta básica a toda la población, en especial a los sectores más vulnerables.
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