El Himno Nacional no admite expresiones fascistas
En la sesión extraordinaria del pasado jueves 27 de febrero en el Congreso de Veracruz, durante la entonación del Himno Nacional, la Presidenta de la Mesa Directiva, la diputada Tania Carola Viveros, tuvo un acto de desacato a la ley y de falta de respeto a los símbolos patrios.
En su denigrante y atrevida ignorancia, la legisladora pretende imponer su vocación autoritaria como muestra de su militancia partidista. Pero sólo puede hacerlo a título personal y fuera del recinto legislativo. El himno nacional no admite de expresiones fascistas.
Lamentable también que muchos de sus compañeros morenistas, quienes por su trayectoria conocen la ley y el valor de los símbolos patrios, hayan mostrado su solidaridad ante el desvarío de levantar la mano izquierda con el puño cerrado, convalidando el desacato. La ignorancia no sólo es atrevida sino también contagiosa.
El artículo 45 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno nacionales establece que “la demostración civil de respeto al Himno Nacional se hará en posición de firme. Los varones, con la cabeza descubierta.” Por tanto, el puño izquierdo en alto es un desafío a nuestras instituciones y a nuestra democracia.
Esta expresión tiene diversas interpretaciones. Una de las más conocidas, es el cónclave de la Internacional Socialista, en la que se interpretan distintos cánticos alusivos a sus movimientos políticos con el puño izquierdo levantado.
Como Presidenta del Congreso, Viveros Cházaro no representa ningún movimiento social o ideológico, sino que representa a uno de los tres poderes del Estado. Sus funciones están en la ley y su comportamiento está determinado por el Reglamento.
Su deber es respetar la norma, promover el respeto a la pluralidad y garantizar la gobernabilidad del Congreso.
¿Se trata de una expresión que alude al fascismo? Sí. En una de sus múltiples definiciones, el fascismo rechaza las doctrinas liberales de la autonomía y los derechos individuales, el pluralismo político y el gobierno representativo. Como lo señala Umberto Eco, para el fascismo “el desacuerdo es traición”.
Los veracruzanos y nuestras instituciones somos contrarios al radicalismo y actos fascistas. Incluso, tampoco creo que Morena sea un partido de fascistas como pretende evocar la legisladora.
Hoy en Veracruz no hay lugar para la intolerancia surgida de la ignorancia. No caben las pretensiones fundamentalistas, ni el oprobio a nuestro glorioso Himno Nacional.
No se trata de un asunto menor, sino de un acto que debe ser investigado y sancionado.
La propia Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno nacionales señala las sanciones que serán impuestas considerando la gravedad de la conducta.
De aplicarse la ley, a la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Veracruz, tendría que imponerse una amonestación con apercibimiento, una multa económica e incluso un arresto, en virtud de la gravedad de la falta, al tratarse de una ceremonia protocolaria del Poder Legislativo.
Morena y sus representantes han mandado al diablo a las instituciones. ¿También pretenden hacerlo con los símbolos patrios?
La puntita
Hoy las ‘famiglias’ más poderosas de la 4T jarocha – los García Jiménez, Cayetano y Guerrero, los Galindo, los Martínez Olvera, entre muchas otras-, gritan eufóricas “no al nepotismo”, mientras sus raíces se extiendían feroces por la administración pública, los congresos, el poder judicial y, por supuesto, el tráfico de influencias.
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