05 de Marzo de 2025
Entorno Político | OPINIÓN
Martes 04 de Marzo de 2025 | 10:39 p.m.
Carlos Tercero
Carlos Tercero
Tercero Interesado
Gabinetes simétricos

En los tres niveles de gobierno, las y los titulares ejecutivos, designan su equipo de trabajo (gabinete), dispuesto a reforzar temáticamente, en cada uno de los sectores y asuntos que implican la presencia, acción y ejercicio transversal de gobierno, la agenda pública que se asume por mandato popular y lo que preferentemente se apuntala con el consenso social.

Las decisiones de esta integración, no siempre guardan una lógica o siguen un procedimiento que garantice que en la conformación de dicho gabinete se tome la mejor decisión; la carga personal, emocional, hace proclive el que se privilegien los apegos, los compromisos de grupo o de partido, incluso con el noble logro social y democrático de las acciones afirmativas, la inclusión, paridad y diversidad, son factores que llegan a superponerse a las capacidades, luego entonces, entre el afecto de fácil tendencia a defecto y, lo políticamente correcto que llega a involucionar a lo incorrecto, los equipos de trabajo corren un alto riesgo de no guardar simetría, de no estar a la altura de la confianza popular depositada en quien ganó en las urnas, ni tampoco de la oportunidad que la o el gobernante concede para formar parte del gobierno. 

Esa confusión entre ser parte fundamental de un gabinete, de un equipo de gobierno, y no de una comparsa, deriva de la selección de perfiles cuya circunstancia es la de ser beneficiario de los afectos, de los acuerdos políticos, del cumplimiento de cuotas, o simple y sencillamente de la suerte; que deja de lado la ponderación de la experiencia, la trayectoria, la capacidad y honestidad probada, que sería lo congruente para acompañar al titular de la presidencia, gubernatura o presidencia municipal, en la tarea de conducir el destino social correspondiente, en lo que por supuesto la confianza y lealtad representan, igualmente factores de obvia consideración.

Nunca es mal momento para enderezar el rumbo. Ni la opinión pública, ni las presiones del círculo rojo, deben detener o aplazar los cambios y ajustes que garanticen que un gobierno verdaderamente se deposite y quede en manos de las personas mejor calificadas. En una analogía geométrica, las mentes cuadradas no guardan simetría con la formación de cuadros, las personalidades obtusas jamás podrán ser paralelas a la rectitud de quienes traen consigo un bagaje profesional, los círculos concéntricos de poder impiden la integración del triángulo perfecto entre sociedad-gobierno-desarrollo. Aunado a estas asimetrías, es claro que el aceptar un cargo para el que no se está capacitado es deshonesto, la ineficiencia también es corrupción; la falta de resultados y la soberbia que emerge como escudo protector de quien se sabe que no sabe, e intenta compensar sus carencias con embustes e intrigas en búsqueda de congraciarse con quien manda, sobre todo ante la amenaza del éxito ajeno que le opaca, perjudica y entorpece a los gobiernos. 

La juventud, nunca es sinónimo de inexperiencia mucho menos de falta de talento o capacidad, sin embargo, si no hay una formación previa, una trayectoria, no se pueden esperar saltos cuánticos que confieran de un día a otro, las tablas para estar en un gabinete, por tanto, sus fallas serán solo atribuibles a quien insensatamente lo designa. La imposición de improvisados será en automático origen de infortunadas y costosas ocurrencias.

Esta realidad obliga, hace prioritario, que los titulares de gobierno y sus equipos, se den tiempo para analizar, evaluar y planear; de calibrar y ejecutar una estrategia definida. Existe la creencia inducida de que “hay que estar en territorio y no en el escritorio”, “seguir en modo campaña”, pero se requiere un justo medio, priorizar la agenda alineada a la estrategia y fortalecerla con comunicación política, sin caer en la tentación de posicionar que se hace mucho, aunque ello considere acciones intrascendentes, irrelevantes o sin la menor rentabilidad política. El que cada miembro del gabinete ande pegado al jefe o jefa de evento en evento, aunque nada tengan que ver con su área, solo les aparta y distrae de su verdadera encomienda, atribuciones y funciones.

Son evidentes las ventajas de contar con un gabinete “simétrico”, armónico al o la gobernante, que le lleve a cumplir, de la mejor manera, el noble precepto de mandar obedeciendo.

[email protected]


*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

OPINIÓN

PRINCIPALES

MUNICIPIOS

® 2013 ENTORNO POLÍTICO

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de privacidad.