19 de Marzo de 2025
Entorno Político | OPINIÓN
Martes 18 de Marzo de 2025 | 8:40 p.m.
Denise Díaz Ricardez
Denise Díaz Ricardez
Fuera de todo
La participación de las mujeres en la expropiación petrolera: un rostro invisible de la historia

La expropiación petrolera en México, el 18 de marzo de 1938, marcó un hito en la historia del país.

Fue un acto de soberanía nacional que permitió que el recurso más valioso de la nación, el petróleo, dejara de ser controlado por empresas extranjeras para pasar a manos de la nación. Esta gesta heroica se presenta principalmente como un triunfo de los hombres: los políticos, los obreros y los líderes sindicales que participaron activamente en la lucha. Sin embargo, hay un componente importante que a menudo queda en las sombras: la contribución de las mujeres en este proceso.

A lo largo de la historia de México, las mujeres han sido relegadas al papel de espectadoras, incluso en eventos que cambiarían el destino del país. No obstante, en la expropiación petrolera, aunque de forma menos reconocida, las mujeres estuvieron presentes, contribuyendo de manera significativa a la causa nacionalista y a la movilización social.

En primer lugar, es importante destacar el contexto de la época. Las mujeres mexicanas comenzaban a abrirse paso en espacios políticos y sociales que hasta entonces les habían sido negados. En 1937, el derecho al voto para las mujeres aún era una lucha pendiente, y el acceso a ciertos derechos laborales y civiles era sumamente limitado.

A pesar de las barreras sociales y políticas, muchas mujeres empezaron a implicarse activamente en los movimientos obreros y sindicales. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), en su proceso de consolidación, también comenzó a incorporar en sus filas a mujeres que, aunque aún limitadas por el contexto, fueron claves en la difusión de las ideas nacionalistas y en la defensa de la soberanía.

En el ámbito petrolero, las mujeres trabajadoras del sector fueron fundamentales. No solo las esposas de los obreros que participaban en las huelgas, sino también las mujeres que se desempeñaban como trabajadoras en las oficinas, en los hospitales y en las actividades logísticas del movimiento. En las huelgas de los trabajadores petroleros, las mujeres no se quedaron al margen; muchas organizaron protestas, escribieron manifiestos, y fueron piezas clave para mantener la moral alta entre los obreros. Su rol, aunque a menudo minimizado, fue esencial para sostener el espíritu de lucha durante las arduas negociaciones que precedieron a la expropiación.

Asimismo, en la esfera simbólica, las mujeres mexicanas también hicieron sentir su presencia. El 18 de marzo de 1938, mientras el presidente Lázaro Cárdenas proclamaba la expropiación, miles de mujeres participaron en manifestaciones y en actos de apoyo al gobierno.

Se puede pensar que estas mujeres, muchas de ellas madres y esposas de obreros, no solo estaban apoyando una causa económica o política, sino defendiendo un futuro más justo para sus hijos y para la nación. Las mujeres fueron las que, a través de su labor callada pero incansable, ayudaron a sostener la estructura social y emocional del movimiento.

Sin embargo, a pesar de su participación activa en los eventos que llevaron a la expropiación petrolera, la historia oficial ha tendido a invisibilizar el rol de las mujeres. Es necesario reconocer que, si bien no estuvieron al frente en los espacios de toma de decisiones como lo estuvieron los hombres, su apoyo y su trabajo detrás de escena fueron esenciales para el éxito de la lucha. A través de las huelgas, de los trabajos administrativos y de la organización social, las mujeres mexicanas demostraron que, incluso en los momentos más decisivos de la historia, su participación no es secundaria.

Hoy, al conmemorar la expropiación petrolera, es crucial ampliar nuestra visión de los eventos históricos y reconocer la participación de las mujeres en esta gesta. No solo como un acto de justicia hacia ellas, sino como un recordatorio de que las grandes transformaciones sociales siempre han sido el resultado de la acción colectiva de todos los sectores de la sociedad. Las mujeres, en este caso, también fueron una parte fundamental de esa gran historia que es la expropiación petrolera.

En la actualidad, la lucha de las mujeres sigue siendo una constante en la sociedad mexicana. A 87 años de la expropiación, es necesario reconocer su protagonismo en todos los aspectos de la vida social, económica y política, recordando que, en la construcción de un país justo, no hay espacios pequeños ni roles irrelevantes.

Las mujeres siempre han estado allí, incluso cuando la historia no les dio el lugar que merecían.

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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