La solidaridad y empatía entre las mujeres debe ser la principal fortaleza para contrarrestar el embate de hombres solidarios con hombres violentadores, más allá de diferencias personales o intereses partidistas –sé que es difícil pero no imposible de lograr– la revolución de las conciencias debe consolidarse en el sector femenino, las mujeres deben ser las principales heroínas en esta historia, más allá del discurso demagógico que solo sirve para mantener el estado de cosas en contra de las mujeres, ¿con la llegada de una mujer a la presidencia de la república se termina la transformación que tanto se enarbola? ¿La transformación no llegó a la Cámara de diputadas y diputados?

Lo cierto es que algo debe para en México para cambiar ciertas prácticas parlamentarias, si en una votación parlamentaria en relación al fuero constitucional se escucha en tribuna al acusado ¿por qué no se escucha a la víctima? Si las mujeres que apoyan al acusado le gritan ¡no estás solo! ¿Por qué no se gritan consignas a favor de la víctima de que tampoco está sola? ¿Cuál es la diferencia entre una mujer con poder y un hombre con poder? ¿Dónde está el toque femenino en el ejercicio del poder político? ¿Acaso Morena no ha hecho un grito de guerra “el que nada debe nada teme”?

El problema no es la actitud de ciertas mujeres integrantes del poder legislativo, el problema no es la actitud de la mayoría de los hombres parlamentarios, el problema no son los discursos falsos a favor de la víctima de quienes votan a favor del victimario, el problema real en México es normalizar estas actitudes y espectáculos grotescos legislativos, tal parece que se trata de volver “normal” lo que ante la opinión pública es anormal, tal parece que el mensaje legislativo es “hoy actuó mal pero mañana peor”, ¿que se defiende al defender lo indefendible? ¿Qué tiene que ver que el victimario haya sido una estrella deportiva como –por la votación– sacarlo en hombros del recinto con la ayuda de hombros de mujeres? ¿En serio las cosas son diferentes a cómo eran ayer?

¿De qué sirve impulsar a ciertas mujeres al poder político si un político le quitará el poder? ¿De qué sirve tantos discursos en las plazas públicas a favor de las mujeres si en tribuna solo se oirá el grito: ¡no estás solo! ¿Acaso se “quitó” la “A” de “sola” para ponerla en Presidenta? Y aquellas que no pueden hablar en tribuna ¿quién hablará por ellas? Me niego a aceptar que “el mayor enemigo de una mujer, es otra mujer” me niego aceptar que una mujer no puede ser amiga de otra mujer”, está claro que en política 251 puede ser menor que 249.

La Cámara de Diputadas y de Diputados ayer solo fue un recinto parlamentario para defender a un hombre, a un hombre que ha sido acusado de varios hechos delictivos, nadie dice que es culpable pero muchos dicen que debe enfrentar la justicia como cualquier ciudadano, ayer se comprobó una vez más que llegan ciertas mujeres al poder solo para actuar como un hombre con poder, con pactos inconfesables de manera pública, llegan ciertas feministas buscando el poder con un discurso revolucionario y enarbolando los derechos de las mujeres pero al llegar solo se convierten en mujeres con poder y se vuelven aliadas de un violentador y olvidan a las víctimas, ¿para eso querían llegar al poder? ¿Acaso no están conscientes que un poder conlleva una gran responsabilidad? ¿Acaso no están conscientes que con su actitud a favor de un violentador serán señaladas por encima de aquel al que defendieron? Es cierto, “dime de qué presumes y te diré de qué careces” se dirán ellas.

P.D.- Con el ánimo que ante la actitud agachona de ciertas mujeres con poder sea más el poder de millones que actúan con orgullo y dignidad… Escribiré otro día.