16 de Abril de 2025
Entorno Político | OPINIÓN
Domingo 06 de Abril de 2025 | 6:37 p.m.
Gustavo Santín
Gustavo Santín
Maestros
Enfermedad multifactorial

Cartas a Gracia  

El lunes 29 de marzo entra en vigor la prohibición de adquirir productos chatarra en las escuelas, establecida en el ACUERDO mediante el cual se establecen los Lineamientos generales a los que deberán sujetarse la preparación, la distribución y el expendio de los alimentos y bebidas preparados, procesados y a granel, así como el fomento de los estilos de vida saludables en alimentación, dentro de toda escuela del Sistema Educativo, publicado en el DOF: 30/09/2024 y suscrito por Leticia Ramírez Amaya y Jorge Carlos Alcocer Varela, titulares a la sazón, de los despachos de educación y salud, respectivamente, aunque la intención de la Carta a Gracia, sería la de rescatar puntos “virtuosos” del documento de marras y divulgarlos, tal cual sería el caso establecido en el  TÍTULO V. CAPÍTULO ÚNICO. De las prohibiciones y sanciones, iniciaría con algunas preguntas, cuya respuesta correría a cuenta de quienes legisladores, preocupados por la salud de las y los menores en muchas ocasiones no cuidan la propia. Sin embargo, las escuelas no serían la única fuente de consumo de alimentos chatarra, independientemente de que fueren los espacios más visibles y demonizados debiendo asumir el papel de ¿educar? y/o instruir a quienes pasan por las aulas.  

No obstante, apreciada Maestra, valdría la pena reflexionar sobre el grado de responsabilidad en el que incurrirían los garantes de otras variables, tales como la derivada del papel que les correspondería a los padres y madres de familia. La conseja pública reconocería que: “La educación inicia en casa” al que se sumaría otra “la casa educa y la escuela instruye” y otros más, aunque las ordenanzas educativas les conminen solo a llevar a los hijos a la escuela y a colaborar (pagar las cuotas [aportaciones voluntarias] impuestas por la falta de presupuesto público). Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 (Ensanut 2022), señalarían que “la prevalencia de sobre peso y obesidad en menores de 5 años es del 7.7%”, indicador de la carencia de una educación efectiva que se impartiera en las escuelas para padres de familia, lo mismo que la inexistencia de una política pública que apoyara a la correcta nutrición en los primeros años [que entregue productos y no dinero], responsabilidad directa de la familia; organismo que juega “un papel crucial en la formación de hábitos alimenticios y de actividad física en sus hijos. […] ya que ellos controlan las porciones y el tipo de alimentos que se consumen en el hogar” (y nota al margen Gracia; cuando en casa hay dinero se come saludable, cuando no lo hay se compra pa´ lo que alcanza).  

Además de madres, padres de familia y tutores, el garante más importante seria el Estado, quien la ejercería a través de su representante, el gobierno; ente que asumiría cada vez más facultades en detrimento de las libertades individuales y quien, sin embargo, a pesar de los daños causados a la saluda de niñas, niños adolescentes y adultos, autoriza que empresas privadas, lo mismo que particulares, produzcan, empaquen, expendan y promocionen en medios de radiocomunicación, prensa escrita, incluidas redes sociales, a los productos chatarra (alimentos ultraprocesados, altos en calorías, grasas, azúcares y sodio) “culpables de una enfermedad, la obesidad” que detona otros padecimientos.  

Si bien Gracia, nadie pondría en tela de juicio la irresponsabilidad social de las empresas productoras y comercializadoras de alimentos chatarra, lo mismo que de su publicistas que les  “empoderan” incluso en contra de la voluntad de muchas personas, las autoridades tendrían que valorar que las medidas que adoptaron afectarían a una industria que generaría casi 12 millones de empleos directos en 2025 y más de 5 millones de empleos indirectos,  entre los que se encuentran quienes atienden a las casi 260 mil cooperativas escolares que existirían en educación obligatoria, y que el valor de producción de esta industria alcanzaría la friolera de “6.58 mil millones de pesos [que representarían] alrededor del 0.26% del PIB nacional”.  

La herencia también contaría en casos de obesidad, lo mismo que la predisposición a padecer otras enfermedades, no obstante Gracia “Los factores genéticos representan aproximadamente el 1% de los casos de obesidad infantil. El 99% restante se atribuye a factores nutricionales y ambientales”, porcentaje que equivaldría a 40 000 menores de 4 millones de niñas y niños afectados. Los números preocupantes, distarían mucho de los más de 33 millones doscientos mil adultos afectados (36.9% de los adultos).  

La tendencia a la vida sedentaria, agravada por la inseguridad pública que evita que las niñas y niños salgan a jugar a la calle o a los escasos parques públicos y fomentada en casa mediante la compra de distractores (tabletas, videojuegos, etc.), producto de las condiciones propias de cada una de las familias (madre jefa de familia labora todo el día, lo mismo por cuando los madre y padres lo hacen), influiría “significativamente en la obesidad infantil y juvenil en México. Aproximadamente 95% de los casos de obesidad infantil [13.6 millones] se deben a una combinación de dietas con alto valor calórico y baja actividad física”. 

Como los especialistas mencionan Gracia, la obesidad es una enfermedad multifactorial que para combatirse requeriría de múltiples estrategias y entre las que se podrían mencionar, a manera de sugerencia: Propiciar la formación de hábitos de alimentación saludable en madres y padres de familia (aunque cueste trabajo); 2. Generar una política pública que ponga al alcance de las familias una dieta variada, saludable y económicamente accesible; Garantizar la seguridad de niñas y niños en la calle, parque y jardines; 3. Propiciar mediante políticas públicas, la corresponsabilidad de todos los que intervienen en la generación de una enfermedad que se origina en casa y que se agrava al no cumplir, todos y cada uno, con la obligación que les atañe. 4. Hacer de la actividad física de las y los menores, algo más que eventos masivos coyunturales de propaganda. 

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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