Las personas que llegan a los máximos puestos del poder público suelen estar sujetas a las circunstancias que se presentan día con día; así como disfrutan aciertos de sus decisiones, también, de pronto, les han de dar ganas de salir corriendo.

Sólo ver a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien estos últimos días ha tenido que  sortear toda clase de situaciones relacionadas con las políticas de su homólogo estadounidense  Donald Trump y de forma paralela con asuntos internos que dan pena ajena.

De Trump sólo referir su llamada pausa de 90 días –concluye el 2 de julio- a su aplicación de aranceles  generales sin ton ni son a todo el mundo,  pero sin cancelar ni a México ni a Canadá el 25 por ciento  al acero, aluminio y automotores y toda clase de presiones como ahora toca por el agua que hay que entregar del cauce del río Bravo a Texas, que por sequías desde hace tres años no se ha podido cumplir la cuota correspondiente de miles de metros cúbicos.

Y de pronto ¡oh sorpresa! Ahora interna

Uno de sus más allegados funcionarios de segundo nivel que laboró con ella en el gobierno de la Ciudad de México, a quien confió, a través de la paraestatal  Laboratorios y Reactivos de México (Birmex) la compra consolidada  de medicamentos para el sector público por la módica suma de 250 mil millones de pesos este 2025, al parecer hizo atrevidos enjuagues con laboratorios  orientados a allegarse, para sus “chuchulucos”, por ahí de los 13 mil millones de pesos.

Se trata del doctor en derecho, Iván de Jesús Olmos, ahora exdirector de Birmex, quien, junto con otros tres de sus subalternos y los que faltan, fue separado, en lo que se deslindan responsabilidades, del honroso cargo.

De flojera pues este caso.

Ni la presidenta Sheinbaum y  mucho menos la sociedad mexicana entera, merecen casos como el referido. De flojera.

Pues no hay que olvidar que millones de mexicanos votaron en favor del expresidente Andrés Manuel López Obrador y ahora por Claudia Sheinbaum, precisamente por desaciertos semejantes de lo ocurrido ahora con ese integrante mencionado de la administración pública, que no ha de dormir ni con diazepan.

México es una nación en pleno progreso en muchas de sus áreas, pero vaya que falta y falta mucho por enderezar inercias que lo mantienen aún en el inter denominado, en vías de desarrollo.

Atraques:

1.     La empresa estadounidense Valero, importadora de combustibles hacia México, fue suspendida de esa actividad por autoridades hacendarias debido a su presunta implicación en defraudación fiscal, al traerlos con documentos falsos de productos que no pagan impuestos.

2.     Ni que decir del llamado huachicol a gran escala como lo visto en Altamira, Tamaulipas, en dónde se detuvo a un barco con 10 millones de litros de diésel y un gran patio de almacenamiento con otro tanto y pipas. En dónde va a parar esto, ya lo veremos.

3.     Como sucede en las grandes capitales, ciudades medias, pueblos y comunidades, hay motos para dar y regalar. Es posible que sea un medio accesible para ir y venir, salvo que urge regular el tránsito, quizá en carriles específicos y máxima atención al uso de cascos y velocidades limitadas.