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No es falta de respeto referirme a la Presidenta por su nombre; lo hago porque Ella, como militante del partido Morena, propone la existencia de reglas claras para aspirantes al cargo de gobernador o gobernadora. Su manifestación denotó molestia; pues, posiblemente, la senadora Andrea Chávez Treviño no es la aspirante de su preferencia; no se vislumbra otro motivo para hacerle un llamado de esperar los tiempos (sic ¿?). Causa expectación que Claudia haga alusión respecto a que “hay que recordar la ética de nuestro movimiento”. Otro “recuerdo” fue: Para nosotros no es un asunto de llegar al poder por llegar al poder, para nosotros lo más importante es la transformación del país. Las declaraciones de Claudia surgieron por las actividades sociales que realiza (¿o realizaba?) la senadora.
Para hablar de “corcholatas” es necesario recordar que Amloco destapó a los aspirantes a la presidencia de la República prematuramente y fuera del período electoral; nadie le reclamó dentro de su partido. Si Claudia espera ser destapadora (con “a”) de las nuevas corcholatas, se prevé desobediencia casi total. Ya hay destapes de todo tipo en el partido Morena; baste nombrar el de grupos o facciones en el Congreso de la Unión y en los congresos estatales; la Conago es otro grupo que pelea por el poder para arribar a la presidencia de la República, toda vez que prefieren un candidato colega que al propio “Amlito”.
Como ciudadana, militante de un partido y funcionaria, la senadora Andrea Chávez Treviño tiene todo el derecho de hacer con su dinero lo que le plazca; la militante Claudia no puede coartar ese derecho. Hacer brigadas de tipo social, como militante morenista, la senadora beneficia a sus paisanos, y cumple el principio “primero los pobres”. “Trabajo mata grilla”. ¡Claro que se posiciona políticamente! Sus adversarios pueden hacer lo mismo. No lloriqueen.
Como militante, Claudia dijo que enviará una carta a Luisa Alcalde, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, para que se regulen ciertas actividades señaladas como actos adelantados de campaña. ¡Mangos! La militancia piensa y actúa como dice Claudia: se coordina y colabora, pero no se subordina.
Es encomiable la conducta de la senadora y digna de imitarse. Primero, no violenta ninguna norma electoral,; segundo, no puede esperar a que se repita lo sucedido en Veracruz y Durango ¡Palo les dieron a los aspirantes que se subordinaron! Al más puro estilo priísta se impuso el dedazo y, dicen, uno que otro “cañonazo”. Duranguenses y Veracruzanos están arrepentidos del respeto a “las reglas” morenistas; los aspirantes suscritos atestiguaron las violaciones a la convocatoria de elección interna cometidas por las dirigencias nacional y estatales.
Prejuzgar a la senadora Andrea Chávez es traicionarla; eso sí resulta inmoral. Ella es parte de la transformación deseada para el País y lo demuestra en tribuna; Ella sí es congruente con lo que dice y hace; no como los dirigentes. Las sugerencias de Claudia, como militante, tienen que estar dirigidas a María Alcalde; quien, para poner “orden”, debe empezar por su casa, siendo Ella la primera en disciplinarse. Si la cabeza está mal, peor se pondrá el cuerpo.
Las manifestaciones de Claudia, como militante, ha provocado, también, que la oposición panista haga señalamientos del uso de vehículos, presuntamente propiedad de un empresario, al que – aseguran -, se le han asignado 2,500 MDP en contratos por gobiernos morenistas. A ambos sujetos: Claudia y panistas, es recomendable prudencia y conveniencia, respectivamente.
Otro sí digo. – Pronóstico: se avecina otra tormenta al interior del partido Morena. Huerta es un elemento de ella.
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