Esta idea, que parece sacada de ciencia ficción, ya está respaldada por varios de los mayores centros de investigación del mundo.

En 2021, un estudio publicado en Nature Communications por el investigador Siegfried Hekimi, de la Universidad McGill, concluyó que el límite biológico de la vida humana podría extenderse mucho más allá de los 120 años actuales si combinamos avances en medicina regenerativa, terapias génicas y prevención de enfermedades crónicas.

Y no solo eso.

Empresas de biotecnología como Altos Labs, financiada por líderes tecnológicos mundiales, trabajan en técnicas de reprogramación celular que buscan revertir el envejecimiento a nivel molecular.

Científicos como Shinya Yamanaka, Premio Nobel de Medicina, han demostrado que las células envejecidas pueden ser reprogramadas para recuperar su juventud biológica.

Eso significa que la primera generación de humanos que podría vivir 150 años… ya camina entre nosotros.

Como empresario del sector salud y tecnología, miro este escenario con mucho interés pero también con responsabilidad.

Porque vivir más años no debe ser solo cuestión de tiempo sino también de calidad. 

El reto no será únicamente extender la vida. Será hacer que esos años extra valgan la pena.

Con una medicina preventiva que detecte riesgos antes de que aparezcan.

Con terapias regenerativas accesibles para todos. Con estilos de vida que privilegien ese regalo de tiempo adicional.

La futurología médica no habla de vencer la muerte. Habla de dominar el deterioro.

De darle al ser humano décadas más de historia, amor, sueños y aprendizajes. Y aunque el camino aún es largo, el primer paso ya se ha dado.

Así que la próxima vez que veas a un niño correr, a un joven estudiar, recuerda: la primera persona que vivirá 150 años ya podría estar viva hoy.

Y lo que hagamos ahora, con la ciencia y con la vida, decidirá cómo serán esos años que vienen.

#fernandopadillafarfan