Ciudad de México/ En sus primeros cinco meses de funcionamiento, el Tren Maya ha enfrentado un desequilibrio financiero significativo, con gastos operativos que superan ampliamente los ingresos por venta de boletos, según datos proporcionados por la empresa a cargo del proyecto, Tren Maya SA de CV.

De acuerdo con la información obtenida vía Transparencia, el Tren Maya destinó 1,470 millones de pesos para gastos de operación durante este periodo, mientras que solo obtuvo 84 millones 997 mil pesos por la venta de boletos. Esto significa que los ingresos por boletos representan apenas el 5.8% del gasto de operación reportado.

Desde su inauguración el 15 de diciembre de 2023 hasta el 15 de mayo, el Tren Maya transportó a 165,972 pasajeros, con un promedio mensual de 33,194 pasajeros y alrededor de 1,000 pasajeros al día.

A finales de febrero pasado, las autoridades del Tren Maya reportaron que se habían transportado 64,370 pasajeros en 70 días, con un promedio diario de 919. En ese momento, el Tren contaba con 24 estaciones en operación de las 34 previstas a lo largo de 1,500 kilómetros en estados del sur del país.

El proyecto del Tren Maya ha estado envuelto en controversias desde su inicio. Originalmente estimado entre 120 y 150 mil millones de pesos, el costo de construcción se ha elevado significativamente. El gobierno de López Obrador calculó que el proyecto requeriría al menos 500 mil millones de pesos, tres veces más de lo proyectado inicialmente.

Además de los desafíos financieros, el Tren Maya ha enfrentado críticas por su impacto ambiental. Ha avanzado en varios tramos sin contar con los permisos ambientales necesarios, lo que ha resultado en daños documentados en cuevas, cenotes y la afectación a la flora y fauna.

A pesar de la tala de al menos 7 millones de árboles para la construcción del proyecto, las autoridades no han proporcionado información sobre las medidas de reforestación o compensación. Tanto Tren Maya SA de CV como autoridades ambientales han negado tener información sobre cuántos árboles se han plantado como parte de estas medidas, generando preocupaciones sobre el impacto ecológico a largo plazo del proyecto.

Ante estos datos, el futuro financiero y ambiental del Tren Maya sigue siendo motivo de escrutinio y debate público.