Ciudad de México/ El presidente Andrés Manuel López Obrador, responsabilizó al gobierno de Estados Unidos por la crisis de violencia en Sinaloa, derivada del operativo que llevó a la detención de Ismael “El Mayo” Zambada. Durante su conferencia matutina, el mandatario criticó la falta de coordinación y la actuación unilateral por parte del gobierno estadounidense, enfatizando que esto afecta la cooperación entre ambos países.

“Ellos deben internalizar que no se puede actuar así, sin tomar en cuenta al gobierno de México. No puede haber una relación de cooperación cuando se toman medidas unilaterales”, declaró López Obrador, aclarando que el incidente no afectará la relación bilateral, pero subrayó que no puede repetirse una situación similar.

El presidente detalló que la violencia en Sinaloa, aunque no está “fuera de control”, ha obligado al gobierno a tomar “medidas especiales” y desplegar fuerzas adicionales de las Fuerzas Armadas, lo que ha costado la vida de oficiales. “Hemos perdido a oficiales que han sido asesinados por esta situación especial, extraordinaria”, lamentó.

López Obrador también cuestionó la legalidad del operativo, señalando que hubo víctimas, como el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que perdieron la vida en el proceso. Según el mandatario, agentes del Departamento de Justicia de EE.UU. estuvieron involucrados y el gobierno mexicano no fue informado de un acuerdo entre las autoridades estadounidenses y grupos criminales en Sinaloa, lo cual contribuyó a la actual inestabilidad en la región.

“Ellos hicieron un acuerdo y no nos informaron. Según la Fiscalía, el Departamento de Justicia tenía pláticas con uno de los grupos de la delincuencia en Sinaloa. Eso requiere una explicación porque, si ahora estamos enfrentando en Sinaloa una situación de inestabilidad, se debe a que tomaron esa decisión”, agregó el presidente.

Aunque la Fiscalía General de la República sigue investigando los hechos y carece de información completa de parte de Estados Unidos, López Obrador reiteró su desacuerdo con la exclusión de México en la toma de decisiones de este tipo, subrayando que la violencia en Sinaloa no había alcanzado estos niveles hasta después del operativo.