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Chilpancingo, Gro./ Las calles de Chilpancingo se han convertido en el escenario de un clamor desesperado por parte de miles de habitantes que, mediante marchas, mítines y plantones, exigen justicia por el asesinato de Alejandro Arcos Catalán, presidente municipal de la ciudad, quien fue brutalmente asesinado y decapitado hace casi mes y medio.
Entre consignas y pancartas, los manifestantes demandaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno acciones inmediatas para detener la violencia que azota al estado de Guerrero. “Paren la violencia, terminen con las masacres, secuestros, cobros de piso, extorsiones y aclaren, sin que haya lugar a dudas, el artero asesinato de Arcos Catalán”, exigieron, destacando que el edil buscaba gobernar para el bienestar de toda la ciudadanía.
La indignación de los guerrerenses refleja el hartazgo ante la creciente inseguridad en la región, donde los crímenes y la impunidad han desbordado la paciencia de la población. Los participantes también recordaron que el asesinato del alcalde no solo dejó un vacío político, sino que impactó profundamente a su familia y a la comunidad que confiaba en su liderazgo.
Esta movilización en Chilpancingo, que resuena como eco en otras localidades del estado, es un llamado urgente a las autoridades para que implementen medidas efectivas contra la delincuencia organizada y den respuesta a las demandas de justicia de una población cada vez más cansada del miedo y la violencia.
La sociedad guerrerense espera con urgencia resultados concretos que devuelvan la paz a sus comunidades y eviten que tragedias como la de Arcos Catalán se repitan.
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