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Washington, DC/ El gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente saliente Joe Biden, condenó este viernes la investidura de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y aumentó la recompensa ofrecida por su captura. A pesar de las nuevas sanciones, Washington decidió mantener las licencias individuales otorgadas a petroleras extranjeras que operan en el país sudamericano, dejando abierta la posibilidad de negociación con el gobierno chavista.
En un comunicado difundido en la red social X, el secretario de Estado, Antony Blinken, fue contundente: “Maduro no tiene derecho a reivindicar la presidencia”. Además, reiteró el respaldo de Estados Unidos al opositor Edmundo González Urrutia, reconocido por Washington como “presidente electo” de Venezuela.
Maduro asumió el cargo en Caracas tras ser proclamado ganador en julio por el Consejo Nacional Electoral (CNE), sin que se hayan publicado las actas de votación, según lo exige la ley venezolana. Blinken enfatizó que “González Urrutia debe jurar el cargo y la transición democrática debe comenzar”, sin especificar las que podrían tomarse medidas para impulsar este proceso.
El gobierno de Biden amplió las sanciones contra altos funcionarios del régimen de Maduro, incluyendo restricciones de visa y sanciones económicas. Entre los sancionados destacan el presidente de la petrolera estatal PDVSA, Héctor Andrés Obregón, y el ministro de Transportes, Ramón Celestino Velásquez.
Además, se anunció un incremento en la recompensa por información que conduce a la captura de Nicolás Maduro, que ahora asciende a 25 millones de dólares. También se ofrecieron 15 millones de dólares por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y se ratificó la recompensa previa por el ministro del Interior, Diosdado Cabello.
A pesar de las sanciones, el gobierno estadounidense optó por no revocar las licencias que permiten a petroleras como Chevron, Repsol y Maurel & Prom operar en Venezuela. Estas autorizaciones continuarán evaluándose “caso por caso” según los acontecimientos de los próximos días, señaló un funcionario que prefirió el anonimato.
En cuanto a los migrantes venezolanos, el gobierno de Biden amplió por 18 meses el Estatus de Protección Temporal (TPS), que otorga permisos de residencia y trabajo a millas de venezolanos en Estados Unidos. Sin embargo, el futuro de este amparo migratorio dependerá de la administración entrante de Donald Trump, quien ha prometido soportar las políticas migratorias.
A solo 10 días de la toma de posesión de Donald Trump, la postura de Estados Unidos hacia Venezuela sigue marcada por la presión internacional y las sanciones económicas. Durante su primer mandato, Trump reconoció a Juan Guaidó como presidente interino y buscó la caída de Maduro mediante un embargo al petróleo y al gas venezolanos, sin lograr su objetivo.
El panorama político se mantiene incierto, mientras Maduro, respaldado por la fuerza armada venezolana, sigue desoyendo los llamados.
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