Las dos partes pretenden actualizar su acuerdo comercial de 2000, que sólo cubre los bienes industriales, añadiendo los servicios, la contratación pública, la inversión y los productos agrícolas.
Los negociadores de la UE y México alcanzaron un acuerdo inicial en 2018, y en 2020 pactaron conceder acceso recíproco al mercado a las licitaciones de contratos públicos de la otra parte.
Según los términos convenidos en 2020, prácticamente todo el comercio de mercancías estará libre de aranceles, incluidos los productos agrícolas como el pollo y los espárragos mexicanos y los productos lácteos europeos.
El acuerdo, por ejemplo, también reduciría los aranceles mexicanos de hasta 20 por ciento sobre quesos como el gorgonzola y aumentaría las exportaciones de carne de cerdo de la UE, según la Comisión.
También permitirá a las empresas mexicanas optar a contratos públicos en Europa y a las empresas de la UE a los de México, incluso a nivel estatal.
México, que quiere reducir su dependencia de Estados Unidos, ha declarado que el acuerdo le garantizará un mejor acceso a productos como el zumo de naranja, el atún, los espárragos, la miel y la albúmina de clara de huevo, así como un "acceso equitativo" a los productos cárnicos.
También está previsto que se reconozcan las "indicaciones geográficas" de determinados alimentos y bebidas, una exigencia clave de la UE, como especificar que sólo el queso de una parte concreta de Italia puede llamarse Parmigiano Reggiano.