El presidente estadounidense ordena medidas drásticas para frenar la inmigración ilegal a través de la frontera con México

• El decreto busca repeler, repatriar y expulsar a los extranjeros ilegales que intenten ingresar al país

Washington, DC/ El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que suspende la entrada de inmigrantes a través de la frontera sur con México. Esta medida, que responde a una serie de demandas por parte de los estados fronterizos, como Texas, busca frenar la inmigración ilegal, a la que el gobierno federal considera una "invasión". La Casa Blanca detalló en un comunicado que esta acción está respaldada por la Ley de Inmigración y Nacionalidad, así como por el artículo II de la Constitución de Estados Unidos, que otorga al presidente la autoridad para impedir la entrada de extranjeros ilegales al país.

El comunicado también hace referencia al Artículo IV, Sección 4 de la Constitución de los Estados Unidos, en el que se establece el compromiso del gobierno federal de proteger a cada estado contra la "invasión". La Casa Blanca destacó que, durante la administración del expresidente Joe Biden, estados como Texas solicitaron protección contra la inmigración ilegal, pero, según el gobierno de Trump, no recibieron el respaldo necesario para frenar el flujo de extranjeros.

El decreto firmado por Trump autoriza al Departamento de Seguridad Nacional, al Departamento de Justicia y al Departamento de Estado a tomar medidas inmediatas para repeler, repatriar y expulsar a los extranjeros ilegales que intenten ingresar al país a través de la frontera sur. Trump ha intensificado las restricciones a las leyes de inmigración, limitando las disposiciones que permiten que los inmigrantes ilegales, especialmente aquellos que buscan asilo, permanezcan en Estados Unidos.

El presidente subrayó que, bajo su gobierno, se han tomado acciones contundentes para evitar que los extranjeros ilegales se queden en el país, argumentando que esta medida es fundamental para proteger las comunidades de los estados fronterizos y reducir los costos que, según la Casa Blanca, impone la inmigración ilegal a los gobiernos estatales y locales. La decisión se considera como una de las medidas más drásticas en la lucha contra la inmigración ilegal en la historia reciente de Estados Unidos.