• El dictamen, respaldado por los principales partidos, busca frenar la creación de dinastías políticas, aunque se mantiene la controversia sobre los nexos familiares en la política

Ciudad de México/ En una sesión marcada por acusaciones cruzadas sobre nexos familiares en la política, la Cámara de Diputados aprobó la reforma constitucional que prohíbe el nepotismo en cargos públicos a partir de 2030, y no en 2027 como originalmente había propuesto la presidenta Claudia Sheinbaum.

La medida fue aprobada con 432 votos a favor de las bancadas de Morena, PT, PVEM, PRI y PAN, mientras que varios diputados de Morena y MC se abstuvieron de votar, entre ellos los diputados guindas Sergio Mayer, Rocío Barrera, Jorge Luis Sánchez y Nadia Sepúlveda, así como 26 legisladores de Movimiento Ciudadano.

Tras su aprobación, el dictamen fue enviado a las legislaturas estatales para su ratificación.

A pesar de la trascendencia de la reforma, la sesión fue protagonizada por acusaciones de nepotismo entre los partidos, con varios diputados haciendo referencia a sus propios lazos familiares dentro de la política. David Cortés Mendoza, hermano del senador y ex presidente del PAN, Marko Cortés, se mostró crítico con la bancada de Morena, acusándola de ser un claro ejemplo del nepotismo, al señalar que “con esa hambre de dinero y sed de poder desgarran y asesinan cada vez más a nuestro país”.

Desde el PT, Diana Karina Barreras, esposa del presidente de la Cámara, Sergio Gutiérrez Luna, defendió la reforma asegurando que la prohibición de la herencia de cargos “destierra las dinastías políticas” y garantiza un "piso parejo" para los aspirantes a cargos públicos, como presidencias municipales y regidurías.

Por otro lado, Raymundo Vázquez Conchas, diputado de Morena y cuñado de la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, también expresó su respaldo a la reforma, proclamando: “¡Se acabó el nepotismo!” desde la tribuna, mientras arremetió contra los opositores, acusándolos de enviar a “alfiles con los dientes chimuelos” para bloquear la iniciativa.

El diputado Pedro Vázquez González (PT) también ofreció su apoyo, subrayando que la reforma no cierra la participación política de nadie, sino que evita la concentración de poder en manos de unas pocas familias. Aseguró que “el servicio público no es un privilegio ni un título nobiliario, es una responsabilidad que debe ganarse con trabajo, compromiso y respaldo legítimo del pueblo”.

La aprobación de esta reforma pone en el centro del debate la lucha por evitar el nepotismo en las estructuras de poder, mientras sigue vigente la crítica hacia los vínculos familiares que persisten dentro de los principales partidos políticos del país.