• Autoridades conocían del sitio desde 2019, pero intervinieron hasta 2024
• Se estima que en el predio fueron incineradas alrededor de mil 500 personas

Ciudad de México/ El hallazgo del rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, ha desatado un escándalo internacional, no solo por la magnitud de los crímenes cometidos en el lugar, sino por el prolongado silencio oficial que permitió su operación durante años.

Los periodistas Ricardo Ravelo y José Luis Montenegro señalaron en Aristegui en Vivo que este sitio funcionó como un centro de exterminio, tortura y reclutamiento de jóvenes, mientras las autoridades guardaban conocimiento de su existencia. 

“Lo que llama poderosísimamente la atención es el silencio oficial que encubrió durante muchos años las operaciones de exterminio”, subrayó Ravelo, quien también cuestionó la falta de acciones por parte de la Fiscalía de Jalisco. 

Montenegro explicó que, aunque el hallazgo del rancho se confirmó en marzo de 2025, ya había antecedentes de investigaciones estatales en la zona. En el predio, ubicado a una hora de Guadalajara, fueron encontrados más de 200 pares de zapatos, mochilas, cartas y fotografías, además de esposas de seguridad y figuras de la Santa Muerte. 

Según estimaciones, en este sitio habrían sido incineradas aproximadamente mil 500 personas. Filtraciones del colectivo Guacamaya revelan que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tenía conocimiento de estos hechos desde 2019. Sin embargo, el Ejército y la Guardia Nacional no intervinieron sino hasta septiembre de 2024, cuando rescataron a dos personas y detuvieron a diez presuntos responsables. 

Montenegro también señaló que el Estado podría estar intentando imponer una versión oficial de los hechos, en lugar de esclarecer la verdad. Además, Ravelo destacó que el rancho ha tenido al menos tres dueños desde 2012 y que, entre 2015 y 2018, pasó de ser un predio ejidal a propiedad privada, lo que complica aún más la investigación. 

El caso ha sido comparado por colectivos de búsqueda y activistas con el de Ayotzinapa, debido a la magnitud de las desapariciones en México. La periodista Carmen Aristegui enfatizó que este hallazgo confirma la profundidad de la crisis de desapariciones en el país y la necesidad de una investigación transparente y sin encubrimientos.